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El comisario Olli Rehn cree injustificado el contagio de la crisis griega

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, consideró hoy injustificados los signos de contagio de la crisis de la deuda griega a otros países periféricos de la Eurozona e insistió en que la UE no prevé una recaída en la recesión.

"Un factor principal de la incertidumbre que continúa es el temor a un desbordamiento (de la crisis) en Grecia a otros países", dijo el responsable europeo en su intervención hoy ante el Comité Financiero y Monetario del FMI, según el texto distribuido a los medios.

Pero, añadió, el contagio "de una situación única como la de Grecia es lamentable, porque los programas que se están aplicando en Irlanda y Portugal están proporcionando señales positivas".

En ambos países, sujetos como Grecia a programas de rescate en los que participan los socios europeos y el FMI, "los gobiernos han mostrado compromisos muy firmes y han puesto en marcha medidas de ajuste rápidamente, conforme a los objetivos acordados", según el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE.

La crisis de la deuda soberana también ha dado muestras recientemente de un contagio a dos países mucho más grandes de la Eurozona, Italia y España, reconoció Rehn.

Pero ambos "están en vías de reducir sus niveles de deuda y de aplicar reformas orientadas a potenciar el crecimiento". "Los vaivenes de los mercados financieros están llevándoles a incrementar sus esfuerzos y a poner en marcha nuevas medidas", añadió el político finlandés.

El responsable europeo de Finanzas recordó que los líderes de la zona euro se comprometieron el 21 de julio a "hacer todo lo necesario para asegurar la estabilidad financiera de la Eurozona en su conjunto y de sus estados miembros".

"Confiamos en que todos los miembros de la zona habrán ratificado el acuerdo para finales de septiembre", subrayó Rehn, en referencia a las nuevas disposiciones que capacitarán a la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera para apoyar a los países cuyos bonos están bajo presión de los mercados.

Mencionó igualmente que las previsiones de crecimiento, tanto para la Eurozona como para el conjunto de la Unión Europea, se han reducido, pero no hasta el punto de anticipar una nueva recesión. La previsión para la segunda mitad del año ha sufrido un recorte de medio punto porcentual en ambos casos, respecto a lo previsto en primavera.

No obstante, como resultado de un comportamiento mejor de lo esperado durante el primer trimestre, la expectativa de crecimiento anual para 2011 se mantiene en el 1,6 % para la zona del euro y en el 1,7 % para la UE.

Admitió, pese a todo, que la perspectiva actual es "incierta"en vista de la preocupación que persiste en torno a los problemas de la deuda soberana en Europa, la ralentización económica en Estados Unidos, el fuerte aumento de la aversión al riesgo entre los inversores y la volatilidad de los mercados financieros.