Grecia
Un lehendekari a perpetuidad por Martín Prieto
El lehendekari Patxi López tiene el mérito de ser hijo de Lalo López Albizu, cuya amistad me honró, y que fue un mítico socialista vasco de la resistencia a la dictadura. Patxi revoloteó en la estela del PSE y ya con unos talludos 28 años y teniendo posibles hizo el heroico esfuerzo de matricularse en Ingeniería Industrial pero no debió llevarse bien con las ecuaciones dicofánticas o la resistencia de materiales porque colgó los estudios en el mismo primer curso dedicando todos sus afanes a enredar en su partido como seguro medio de vida. Le hizo el sobre a la cama del bueno de Nicolás Redondo, hijo, dedicándose al seguidismo de los oscuros objetos de deseo de Rodríguez Zapatero hacia ETA. A este chusquero de la política le fue bien, llegando a Anjuria Enea con el único voto entre obligado y misericordioso del Partido Popular. Como a corto plazo será revocado en las urnas, precisamente por la política zapateril secundada por el Tribunal Constitucional, se está urdiendo una jubilación vitalicia; cobrará su sueldo hasta que expire, Dios quiera que a larga data. Jubilación viene de júbilo y el niño de Lalo (la genética es variable) dedicará sus últimos meses a rechazar los recortes inexorables de Cristóbal Montoro. Se espera, al menos, que de nonito logre aprender euskera.
Ricardo Martínez, secretario de la UGT madrileña, maestro y plutócrata, declara que esta es una situación de guerra. No lo hubiera dicho ni como metáfora, como sus compañeros que piden referéndum y dimisión mezclando arteramente España con Grecia y Papandreu con Rajoy. El tal Martínez, que llega al espasmo ante el sufrimiento de los españoles, es el que como consejero de Caja Madrid se embuchaba 180.000 euros anuales, no se sabe si para naufragar la entidad o jugar al Monopoly porque ciencia financiera no se le conoce. Con perillanes como éstos, la crisis será larga.
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