Bruselas

Cataluña y Andalucía se rebelan contra el déficit

Mas no acude al CPFF para forzar la negociación del Pacto Fiscal y la consejera andaluza le sigue y se ausenta. La mayoría de las CC AA vota a favor de las obligaciones individuales de déficit y de deuda, salvo Canarias y Asturias. Moncloa teme que la «pose política» de la Generalitat y de la Junta agrave las tensiones sobre la deuda

El ministro de Hacienda reprocha su actitud a la consejera andaluza, que abandonó la reunión del CPFF
El ministro de Hacienda reprocha su actitud a la consejera andaluza, que abandonó la reunión del CPFFlarazon

MADRID- Cataluña y Andalucía pusieron de nuevo ayer el modelo autonómico español y su gasto desaforado en el punto de mira de los mercados y de los inversores internacionales. La primera ni siquiera envió representante al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), y la segunda se levantó a mitad de la reunión para teatralizar su «no» a la cifra de déficit individual y al techo de deuda establecido por Hacienda. Moncloa teme que este desplante alimente hoy las tensiones sobre la deuda.

Y eso a pesar de que la mayoría está de su parte, puesto que esta vez el Gobierno sí consiguió el apoyo de todos sus «barones» a su plan de déficit y de endeudamiento para cada comunidad: sólo votaron en contra Canarias y Asturias. El «sí» es mayoritario, pero el Gobierno teme que el resultado quede sentenciado para los mercados con la rebeldía catalana y andaluza. Para limitar esos daños colaterales, ayer cerró la reunión del CPFF colocando el acento en el mensaje de que todas las comunidades tendrán que cumplir la ley, aunque se ausenten del foro de negociación.

«No es momento de encontrar responsables de la corrección del déficit, sino de comprometerse con su corrección», sentenció el ministro Cristóbal Montoro. Una línea argumental en la que abundó a puerta cerrada en el intenso debate con los consejeros.

A estas alturas del partido, el Gobierno sigue teniendo serias dudas de que todas las comunidades se ajusten al 1,5 por ciento de déficit para este ejercicio y en esta preocupación justifica su decisión de no relajar ni un milímetro la presión para embridar el gasto autonómico. Que el «no» catalán y andaluz pesa como una losa sobre la imagen de España se explica en que se trata de dos comunidades grandes y en que las dos comparten una muy parecida situación de extrema debilidad financiera. La primera, de hecho, ha solicitado ya ayuda al Estado, una especie de rescate que la dejará fuera de los mercados por bastante tiempo, como a todas las demás regiones que se acojan al fondo de liquidez. En el Gobierno ven muy posible que la Junta andaluza acabe también entrando en ese saco, al igual que otras comunidades que hasta ahora sólo han dicho que están estudiando las condiciones del mecanismo habilitado para sortear el «default» autonómico sin mutualizar la deuda, es el caso de Castilla-La Mancha o incluso de Madrid. Ayer, el consejero de Hacienda de esta última, Percival Manglano, confirmó que están estudiando las condiciones del fondo.

Volviendo a la revuelta, dos meses han pasado desde que el consejero catalán, Andreu Mas-Colell, mediara con el Ministerio de Hacienda para evitar que Andalucía fuera amonestada por sus incumplimientos con el déficit. Las dos autonomías volvieron a suspender en el último CPFF del 12 de julio porque sus cifras no cuadraban para la Intervención General del Estado. En consecuencia, junto con otras seis regiones, han tenido que someterse en las últimas semanas a una negociación bilateral con Madrid en la que los inspectores de la Intervención General del Estado han pedido más documentación y han urgido aclaraciones sobre determinadas partidas presupuestarias.

Ante esta complicadísima situación económica, la respuesta política consiste en lanzarle un delicado órdago a Hacienda que amparan en el argumento de que el Gobierno está siendo «injusto» al no haber permitido a las comunidades una prórroga para cumplir con el déficit, como Bruselas sí le ha concedido a España. Hacienda responde recordando que el Estado central ya ha asumido, vía transferencias, una importante desviación de su déficit sobre el límite al que tiene que ajustarse este año, y que lo ha hecho precisamente para sostener a las autonomías y evitar su quiebra. Las dos «rebeldes» también cuestionan el tope de endeudamiento y que el Gobierno se quede este año con el cien por cien de la recaudación por la subida del IVA. En el caso catalán, en la cartilla de agravios añaden la queja de que Hacienda se niega a hacer nuevos adelantos a la Generalitat para que cubra pagos urgentes. Con su plante, la Generalitat apuntala su pulso al Gobierno de Rajoy para que se siente a negociar el Pacto Fiscal, cosa que éste no tiene pensando hacer, según confirman en Moncloa. Y Andalucía no se queda atrás a la hora de tensar la soga. El vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, llamó al «pueblo andaluz» a «movilizarse» contra la «tortura financiera» del PP. Y la consejera, Carmen Martínez-Aguayo, amenazó con ir hasta el TC.