Fraude de hidrocarburos de Aldama

Cataluña
Nuestros gobernantes están preocupados y ocupados en dejar el déficit a cero para hacer los deberes ante Europa. Para recuperar cash, nos dan unos sablazos de órdago que dejan los ingresos tiritando. Nos dicen que no hay otro camino. Dicen que hemos gastado más de lo que teníamos. Todo debe quedar a cero. No está escrito en ninguna parte, pero Merkel así lo desea. A este paso, los españolitos de a pie conseguiremos el objetivo. Lo que nos sabemos es cuántos podrán contarlo. Cada día nos dan un disgusto y los responsables políticos siguen dándonos tralla. Nos dicen que no hay otro camino, aunque ayer los franceses nos enseñaron que hay algún atajo. Tanto hachazo cercena expectativas a los ejecutivos. Crisis es igual a desgaste, a derrota electoral, porque el hastío, el cabreo y la desesperanza crecen de forma exponencial. Rajoy lo sabe bien. Sin embargo, el presidente catalán sale incólume de los recortes. Los ha hecho por doquier y sin mirar a quién, pero las encuestas apenas le hacen mella. Tiene la solución. Una pócima mágica que guarda celosamente unos días y agita con brío otros. Él hace los recortes pero la culpa de que se alarguen las listas de espera, del despido de trabajadores públicos, de los recortes salariales, de la reducción de plazas de profesores, del recorte en las becas y del aumento de tasas universitarias, de la escasez de guarderías, del aumento del precio del transporte, agua, luz, gas o teléfono, de tener unos servicios sociales bajo mínimos, del tripago sanitario de los catalanes, de tener el IRPF más alto de Europa y casi del mundo… De todo esto y más, la culpa es de Madrid. Con el mantra del pacto fiscal, el maltrato de Cataluña por España y la independencia como solución final a todos los males han conseguido que los recortes no le pasen factura. Él no tiene la culpa de nada. La culpa «ja sigui de día o de nit, la culpa es de Madrid».
Fraude de hidrocarburos de Aldama
Sánchez y la Legislatura