Familia
OPINIÓN: El pepinocidio
Créanme, no es que sea lento de reflejos, es que cada vez más junto a la importancia de los hechos me gusta valorar las reacciones que éstos provocan y lo del pepino tienen narices.
Primero porque a ninguna política alemana, por muy raro que sea su apellido, se le ocurriría acusar impunemente a un pepino francés o británico como ha hecho con el español que objetivamente tiene más prestigio.
Segundo, porque parece que nuestra amada Europa va a soltarnos una pequeña limosna para que se la repartan entre los agricultores y el resto del daño causado o no lo pagará nadie o saldrá de nuestros impuestos.
Tercero, porque la falta de autoridad de nuestra clase política se refleja en las patadas en las posaderas que ahora les ha tocado recibir a nuestros sufridos agricultores.
Cuarto, porque cada vez que pasa algo, todos tenemos la sensación de que llueve sobre mojado. De repente, a todos nos entra el miedo financiero en el cuerpo y se agarrota el mercado.
Quinto y último,aunque no por ellos menos importante, porque nos tocan los pepinos y lo que quieren es que el pueblo sigamos de pajaritos, capeando el temporal, y esto ya no lo ve claro nadie.
Por mi parte, apoyo incondicional a nuestro pepino, que en mi caso aseguro que es un pepino a todas horas, y yo se lo meto a toda las cosas, desde el sabroso gazpacho a los refrescantes gin-tonics, y porque históricamente los españoles hemos hecho muchas cosas por pepinos y por lo que no son pepinos.
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