Cataluña
Primer paso de Mas en apoyo de las consultas soberanistas: ceder urnas
Convergència i Unió accedió a la Generalitat con la intención de no involucrarse en las consultas sobre la independencia de Cataluña que decenas de municipios han acogido a lo largo del último año y medio, pero, finalmente, ha decidido ser cómplice de estos referendos con escaso seguimiento.
El Gobierno catalán cederá sus urnas a todas aquellas entidades que las soliciten porque, según su interpretación, no hay ninguna norma que lo impida. Así, la consulta de Barcelona del 10 de abril podrá contar con este recurso.
«Hemos hecho las consultas jurídicas pertinentes y aquí hay una situación de alegalidad –ni está previsto ni está prohibido–, y, por tanto, como era una pura decisión política, pues nosotros no podemos negar urnas a quien las pida», explicó ayer el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, en Catalunya Ràdio. Al poco, el líder municipal del PP en Barcelona, Alberto Fernández, extrajo una conclusión: «Si Carod promovía el independentismo desde los despachos de la Generalitat, ahora CiU recoge su testigo cediendo recursos para las consultas».
Alegalidad
El mismo Homs explicó recientemente que la Generalitat no tiene intención de promover estas consultas, ya que esta iniciativa pertenece a entidades de la sociedad civil. De hecho, en un principio, el departamento de Gobernación –que dirige la vicepresidenta, Joana Ortega– era contrario a ceder urnas para celebrar referendos soberanistas, pero finalmente, tras concluir que no existe ninguna prohibición, la Generalitat piensa acceder a las peticiones de los organizadores, según informaron «Avui» y «El Punt».
No es de extrañar que el desenlace haya sido éste porque miembros del Gobierno catalán como el consejero de Interior, Felip Puig; el portavoz Francesc Homs; y el secretario de Comunicación, Jordi Cuminal, ya se implicaron en el proceso de consultas antes de gobernar.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, no teme que esta decisión le provoque una lluvia de críticas porque, al fin y al cabo, el tripartito actuó de la misma manera. Lo que en realidad le inquieta bastante es la consulta del 10 de abril porque duda sobre cómo posicionarse.
En más de una ocasión, Mas ha expresado que, llegado un eventual referéndum, él votaría afirmativamente, pero también ha matizado que no es partidario de conducir a Cataluña hacia la división.
El líder nacionalista se debate ahora ante el dilema de guiarse por sus convicciones ideológicas o de inhibirse de la consulta de Barcelona con el argumento de que es el presidente de 7,5 millones de catalanes y, por tanto, debe actuar pensando en todos los ciudadanos. ERC está presionado a Mas para que tome partido por una u otra opción, aunque de momento se siente satisfecha por su última decisión.
Laporta pide el Estado catalán
- El partido de Joan Laporta no quiere decepcionar al 3,29 por ciento del electorado que le prestó su apoyo en las pasadas elecciones catalanas. Laporta basó su éxito electoral en una propuesta con pocos matices: independencia. Y esto fue lo que ayer registró su subgrupo parlamentario en la Cámara catalana, una proposición de ley de declaración de independencia de Cataluña.
- Según Laporta, «cualquier otro proyecto que no sea la proclamación unilateral de la independencia es inviable y generará impotencia y frustración».
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