Actualidad
Xavi la luz del fútbol (4-0)
Recital del centrocampista en la victoria del Barça ante Osasuna
Xavi Hernández era escogido esta semana como mejor creador de juego del mundo por cuarto año consecutivo. El galardón debería dejar de existir hasta que el de Terrassa se retire y, luego, incorporar su nombre al premio. Xavi es el mejor director de orquesta del mundo. Su batuta es el balón. Levanta la cabeza y avisa a los violines. Cambia de costado y empiezan los instrumentos de viento. Todo al son que marca con un cerebro privilegiado para el fútbol. Un cerebro que bien quisiera para él el ordenador más potente del mundo.
Después del 8-0 encajado en el Camp Nou en Liga, Osasuna buscaba dar la campanada ayer en copa. Fiel a su estilo, el equipo de Mendilíbar salió a presionar al rival muy arriba. En la primera jugada de presión, Torres llegó incluso a pisar el área pequeña de Pinto. Había que morir con las botas puestas. El ansia de los navarros duró hasta que Xavi se conectó. Apretó el «on» en su cabeza y el fútbol del Barça comenzó a fluir. Se hizo la luz.
Nadie agradeció más el recital de Xavi que Cesc Fàbregas. Un control orientado, un quiebro y un pase perfecto del de Terrassa acabaron con la pelota en los pies del de Arenys dentro del área. Enfrente sólo estaba Riesgo. Gol. Cinco minutos después, Xavi recibe en el centro del campo, avanza con el balón en los pies, su sensor le avisa del desmarque de Cesc y otro gol. Esta vez, de vaselina perfecta. Un golazo. Xavi había roto todos los esquemas de Osasuna.
Gripe «interruptus»
La jornada azulgrana había comenzado con la noticia de la gripe de Valdés y Messi. Ambos eran baja para el partido, según rezaba el comunicado médico del club. El argentino no había jugado nunca el primer partido del año con Guardiola y la historia se iba a repetir. Pero una curación milagrosa durante la tarde le devolvió a la convocatoria en el último suspiro y, antes de la hora de partido, ya estaba sobre el césped. Diez minutos después, sumaba un gol más a su interminable cuenta con un remate impecable de cabeza llegando con potencia desde atrás. El mismísimo Gerd Müller lo habría firmado. El gol supone una nueva marca para Messi, que ya ha anotado en las seis competiciones que disputa el Barcelona esta temporada.
Pero, más allá del gol, la irrupción de la «Pulga» revitalizó el partido, que había entrado en una fase sin dominador claro. Al Barça parecía irle bien la renta de dos goles y Osasuna no podía hacer más que correr y correr detrás del balón, con alguna tímida llegada al área de Pinto, al que no exigió demasiado. El portero azulgrana, en cambio, sí tuvo que emplearse a fondo con los pies desde el primer minuto hasta el último ante la presión «rojilla». Cumplió a la perfección, aunque sigue sin transmitir la misma seguridad que Valdés.
Consciente de que el jueves que viene le espera un partido de lo más incómodo en Pamplona, en pleno mes de enero, Guardiola arengó a sus hombres desde la banda tras el gol de Messi para que no bajarán el ritmo, en busca de un cuarto gol que certificara definitivamente la presencia de los azulgrana en cuartos de final, cosa que era más fácil ya que el director de orquesta estaba ahora acompañado de su mejor músico. Xavi le pasó a Messi y el cuarto subió al marcador, poniendo punto y final a una función perfecta.
Mendilíbar y la gripe de Messi
Al acabar el partido, José Luis Mendilíbar dejó entrever cierto malestar por lo que había sucedido con Messi. El Barça informó que el argentino, con gripe, era baja y, en el último momento, acabó jugando y marcó dos goles. «Nos pasa por pecar de transparencia, no queremos ocultar nada a nadie», se justificaba luego Guardiola, que narró cómo el jugador apareció con décimas de fiebre por la mañana, se fue a casa y, por la tarde, le llamó diciendo que estaba mejor y quería jugar. «Si Messi me dice que quiere jugar, yo lo pongo en el banquillo», aseguró.
✕
Accede a tu cuenta para comentar