Policía

Saca una pistola en una residencia universitaria

Un hombre de unos 50 años sembró ayer el pánico por unos momentos en la residencia universitaria Antonio de Nebrija. Carlos, como se llama el individuo, estaba tomando una copa en una de las mesas de la cafetería de la residencia, en el número 59 de la calle Cea Bermúdez.

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Al parecer, había quedado allí para mantener una «reunión de negocios» con otro hombre de similar edad. Según fuentes cercanas al caso, ambos eran empresarios y socios. La empresa de uno de ellos estaba en quiebra y el otro, al parecer, iba a sacarla a flote. Sin embargo, algo se debió torcer en la negociación porque ayer, el que iba a poner el dinero no estaba dispuesto a sufragar una serie de gastos. Comenzaron a discutir a gritos en la cafetería de la residencia y Carlos acabó sacando una pistola.

«Escuchamos ‘¡Vamos a dejar las cosas claras, eh!' y puso la pistola encima de la mesa de un golpe, como muy enfadado. Hablaban de dinero», explica Rodrigo, un estudiante de Publicidad de 21 años que en ese momento se encontraba merendando con otros cinco compañeros en la cafetería de la residencia. «Lo único que hemos visto es que el otro se la ha quitado porque el camarero nos ha mandado enseguida que nos fuéramos para arriba». El joven, que lleva un año en la residencia, asegura que «Carlillos», como le llaman, es un viejo conocido de todos. «Vive ahí enfrente y viene mucho aquí a tomar copas.

Siempre va trajeado y es más bien gordo y con bigote», explica Rodrigo. Cuando ya se encontraban solos en la cafetería, el supuesto socio de Carlos agarró el arma –que no estaba cargada, según fuentes de la investigación– y llamó a la hija de éste para que se presentase allí. La joven, llegó enseguida y tranquilizó a su padre, que se encontraba en estado de embriaguez y con una crisis nerviosa. Varios agentes de la comisaría de Chamberí y una unidad del Samur se presentaron en el 59 de Cea Bermúdez en apenas cinco minutos.

«Cuando han ido a arrestarle, él se ha desvanecido», aseguran los estudiantes, que siguieron la escena desde la acera de enfrente. Los facultativos atendieron a Carlos, que presentaba heridas y contusiones menores, según un portavoz de Emergencias Madrid, y fue dado de alta en el lugar.

Los agentes, por su parte, se llevaron a los dos socios a comisaría. A Carlos, que se resistió bastante a su arresto, se le imputan los delitos de amenazas graves, atentado contra agente de la autoridad y tenencia ilícita de armas –hasta que se compruebe que tiene licencia–, según confirmó ayer un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Los estudiantes de la residencia comentaban ayer, con el susto aún en el cuerpo, que llevan tiempo pidiendo que se cierre la cafetería de Cea Bermúdez sólo para los residentes y evitar así este tipo de situaciones.