Barajas

«Mi hijo se levantó y alertó a los pilotos del error de los mecánicos»

El tercer ocupante de la cabina no era un comandante, tal y como indicaba el informe preliminar de Ciaiac.

Identificado el tercer ocupante de la cabina del avión de Spanair siniestrado
Identificado el tercer ocupante de la cabina del avión de Spanair siniestradolarazon

Vicente Guerrero, el padre de Gabriel Guerrero Durán, el tercer ocupante de la cabina del avión JK5022 de Spanair que se estrelló en Barajas en 2008, compareció ayer ante Juan Javier Pérez, juez titular del juzgado número 11 de Madrid, para determinar si la voz registrada en las grabaciones de las cajas negras era la de su hijo. Guerrero sabía desde pocas fechas después del siniestro que su hijo iba en el MD 82 siniestrado. Desde ese momento, quiso saber la verdad. Después de que los peritos examinaran las cintas y determinaran que la voz era de un comandante de Spanair, tal y como indica el informe preliminar de Ciaiac, la asociación aprovechó una diligencia presentada el pasado noviembre para intentar aportar un poco de luz en todo este asunto con el testimonio de Vicente.

La jornada de ayer fue muy tensa. El padre del auxiliar de vuelo llevaba mucho tiempo esperando. En estos más de dos años ha tenido que luchar en busca de la verdad, hecho que le provocó un infarto de miocardio hace un año. Durante la sesión de ayer, el silencio era sepulcral. Vicente escuchó varios fragmentos de la grabación y se vino abajo. El estado emocional del testigo provocó la intervención del fiscal, que le pidió que si reconocía la voz de su hijo levantara la mano. Y lo hizo.

La grabación confirma la tesis de que la solución aportada por los mecánicos no fue buena. El auxiliar de vuelo, que falleció junto a otras 153 personas, estaba sentado en la fila 2 junto a Loreto González, una de las supervivientes. Según declaró González, «se levantó del asiento antes del despegue y dejó su sitio libre». Ya en la cabina, alertó al comandante y al piloto de que la solución aportada por los mecánicos al calentamiento de la sonda de temperatura –aplicar hielo seco– era un error. «Me habían dicho que era él y efectivamente así había sido. No he tardado nada en reconocerlo, mi hijo interviene preguntando qué es lo que habían hecho los mecánicos», aseguró Guerrero a la salida del juzgado.

La avería tuvo su origen en el fallo de un relé, que desató a su vez un error en cadena tras el cual quedó desactivada la alarma que alertaba de que los flaps y los slats (dispositivos de despegue) no estaban desplegados y que impidió el despegue de la aeronave.


¿Un vuelco en la investigación?
Mientras tanto, la Asociación de Afectados por el Vuelo JK 5022 continúa su cruzada para conocer la verdad. Su presidenta, Pilar Vera, explicó a LA RAZÓN que este mes presentarán pruebas periciales clave que demostrarán que el accidente se produjo por un error mecánico grave, que afectó al relé, y no por un fallo humano, como defiende Spanair. «El problema no se produjo ese día, venía de atrás», dijo.