Teatro

Barcelona

El órgano del Raluy

La Razón
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Imprescindible llegar con tiempo al circo Raluy, como siempre en el Moll de la Fusta de Barcelona. El motivo es de peso, un órgano mecánico mastodóntico suena antes y después de la función. Es una pieza de museo llegada de Amsterdam; tiene 72 tubos, dos tambores y un xilofón completo; una bonita decoración incluye varios muñecos mecánicos. Para eruditos y curiosos, siempre está abierta la parte trasera donde se puede ver evolucionar la cinta de papel, el movimiento de las puas del cilindro, la infinidad de tubos sopladores y su gran fuelle mecánico. Y con tan espectacular regalo entramos a la carpa.
Esta vez el espectáculo es un homenaje al fundador Lluís Raluy, que cumpliría 100 años. Artistas de Rumanía, Italia, Portugal, Francia y España llenan la pista. Destaca este año la Troupe Cretu, con váscula para un triple salto mortal y otro que alcanza los cinco metros de alto. Rogelio Gonçalves, malabarismo con raquetas magistralmente ejecutado. La esperada vuelta de William Grimaldi, uno de los malabaristas europeos con más futuro. Completan Lluisa Raluy y sus burbujas de jabón; Querry & Jean Christophe, envueltos en telas aereas; Aurore y su poni; la antipodista Eonys. Como siempre, los payasos Lluiset y Francis; y con número propio, Sandro, cada vez más apreciado por el público.
Un buen presente navideño hasta el 9 de enero