África
El mundo lo sabe por Reyes Monforte
«Pronto todo el mundo lo sabrá». Son las palabras que el líder de Queen, Freddie Mercury, pronunció horas antes de morir de sida, tal y como escribió en una carta póstuma que entrego a la Prensa internacional. Su fallecimiento en 1991 a causa del virus VIH fue uno de los primeros casos, junto al del actor Rock Hudson en 1985, que sobrecogió al mundo por la crueldad despótica con la que se manifestaba y avanzaba la maldita enfermedad de la que nadie quería hablar.
Era un tabú, una vergüenza, la nueva peste. Si nos hubieran dicho entonces, o hace 30 años, cuando se diagnosticaron los primeros casos de sida, que una de las peores epidemias que amenazaban con mermar la población mundial iba a tener un tratamiento eficaz y a desterrar la segura condena a muerte que caía como una losa sobre el portador del virus y enfermo de sida, quizá no lo hubiéramos creído.
Hoy nos dicen que las muertes por sida han descendido, pero eso no nos puede hacer olvidar que la enfermedad se ha llevado a 25 millones de personas y que unas 8.000 siguen contagiándose cada día. Una cifra estremecedora sobre todo si tenemos en cuenta que hay millones de personas que podrían salvar la vida en el continente africano y que no lo hacen por la inmoralidad de algunas farmacéuticas que rechazan la fabricación de genéricos para el tratamiento de la enfermedad, porque sencillamente descuadran sus hojas de beneficios. No les resulta rentable salvar determinadas vidas. Que esto también lo sepa todo el mundo.
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