Afganistán
Los islamistas se «cuelan» en los partidos políticos
Unos 140 partidos concurrieron en los comicios de ayer en Libia: de diferente signo político, con distintos programas y con promesas específicas relativas a variados problemas, grupos étnicos y áreas geográficas, pero todos con una «referencia» islámica. La marcada religiosidad de Libia hace imposible que ninguna formación sea 100% laica, pero la diferencia la marcan sobre todo los integrantes de los partidos. El partido Al Watan (la patria) es quizás el más islamista, fundado por el ex yihadista Abdel Hakim Belhaj, que fue miembro del Grupo Combatiente Islámico Libio y lideró la batalla por Trípoli, del que luego sería comandante militar, desde agosto del año pasado hasta que dimitió para ser candidato ahora. Su partido no apela a la violencia pero sí a una democracia basada en la «sharía» o ley islámica. Los Hermanos Musulmanes también están presentes en Libia y fundaron en marzo el partido Libertad y Construcción, que se desvincula del grupo islámico y dice promover una sociedad pluralista, basada en la «identidad islámica» de Libia. La Hermandad fue ilegalizada y reprimida bajo Gadafi pero es el grupo mejor organizado y con mayor presencia en el país, donde se espera que obtenga un buen resultado, aunque no una mayoría aplastante. Los islamistas jugaron un papel fundamental en la revuelta y la guerra contra el coronel, en la que participaron batallones de combatientes libios que habían estado en Irak o Afganistán, y aquellos islamistas que durante décadas fueron torturados en las cárceles del dictador, procedentes de la Cirenaica.
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