México

«Año bisiesto» un guión complejo «sin artificios» convence en Cannes

La película mexicana «es una historia profundísima y complejísima», afirmó su realizador, Michael Rowe.

La película mexicana "Año bisiesto", en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, se centra en la complejidad de la psicología humana con un lenguaje cinematográfico "sin artificios", según su director Michael Rowe.

"Es una historia profundísima y complejísima", aseguró el realizador, "me interesaba que la audiencia estuviera conectada con esa complejidad (...); entonces reduje lo demás al mínimo"y, por este motivo, el filme se construye sólo con planos fijos.

En su pase con todo el equipo de la película recibió calurosos aplausos que se alargaron durante varios minutos con los "bravo"que vitoreaban los asistentes.

El director y los actores no podían esconder la emoción y fueron felicitados personalmente por numerosas personas del público.

"Año bisiesto"es una película de interiores: el de la casa de la protagonista, Laura, una joven de un pueblo de Oaxaca que vive sola en México D.F., y el de ella misma, sus gustos, motivaciones y expectativas.

El guión de Rowe y Lucía Carreras va desvelando, a través del comportamiento de la solitaria mujer, y sin salir de las cuatro paredes del apartamento, un trauma familiar que se refleja en su vida sexual.

Encuentros esporádicos, prácticas sadomasoquistas y la negativa a adentrarse en una relación sentimental acaban configurando una particular historia de amor que, según como se vea, termina en "happy end".

La cuchilla de afeitar, el calendario o el teléfono cobran un significado especial en una película en la que los diálogos se combinan con las acciones para transmitir un sentido que acompaña al espectador incluso después de la proyección.

Como aseguraba días antes el realizador, un australiano asentado en México, "es una película que tiene que ver con un muy buen guión, un personaje muy profundo y buenas actuaciones", todo ello acompañado por un bajo presupuesto económico.

Antes de la proyección, Rowe resumía en una frase lo que había supuesto para él la concepción del filme: "tengo 39 años y es mi primera película".

A pesar de los orígenes anglosajones del artista, el filme retrata con naturalidad a unos personajes mexicanos, gracias, también, a la interpretación de Mónica del Carmen y de Gustavo Sánchez Parra, ambos conocidos por sus papeles en las películas de Alejandro González Iñárritu, "Babel"y "Amores Perros", respectivamente.

Se trata, en su mayoría, de escenas duras y complejas que ambos llevan a cabo con complicidad, si bien la actriz confesó que al leer el guión dudó sobre si seguía adelante con el proyecto.