Kus-Kus es una gatita de seis años a la que su dueña, Jessica, quiere con locura. «Es mi niña, mi prolongación, no puedo vivir sin ella», dice. Todo el tiempo que han pasado juntas le ha servido a Jessica para conocer a la perfección a su minino: «Sé cuándo me pide una cosa u otra porque emite un maullido diferente en cada ocasión, dependiendo de lo que quiere». A Kus-kus le encanta pasarse horas y horas durmiendo, «siempre que quiere dormir se mete en mi cama, le encanta tumbarse conmigo». Al contrario que muchos gatos, que muerden o arañan las paredes y las puertas, esta gatita no da ningún tipo de problema a su dueña en este aspecto. «En todo el tiempo que llevo con ella no me ha mordido ni arañado nada». Kus-Kus es un poco vergonzosa; cuando llegan extraños a casa y siempre que puede «se esconde debajo de la cama». A esta minina le encanta la comida, sobre todo el jamón de York, que es su comida favorita. Estas navidades le dio un buen susto a Jessica: «Cuando llegamos de pasar la Nochebuena con la familia, nos encontramos con el árbol de Navidad tirado en el suelo y ella estaba escondida en mi cama. La pobre debió ponerse a jugar con las bolas y se asustó mucho por lo que pasó».