Italia
Viñetas de una muerte anunciada
Una novela gráfica de Gianluca Maconi recrea la última entrevista que concedió el cineasta y su asesinato, rodeado de misterio 35 años después
Hay pocas cosas seguras. Una de ellas es que aquel bulto ensangrentado que una vecina encontró la mañana del 2 de noviembre de 1975 en un camino de una barriada cerca de la playa de Ostia era el cuerpo sin vida del famoso intelectual Pier Paolo Pasolini. El asesinato conmocionó a Italia. Casi todo lo demás son, aún hoy, suposiciones. Datos hay muchos, aunque sujetos a toda clase de cautelas. Sí, el joven Pino Pelosi, «el Rana», había sido detenido horas antes por los carabinieri conduciendo el Alfa Romeo del cineasta. Y sí, él mismo confesó el crimen a su compañero de celda aquella noche. En el juicio dijo que fue en defensa propia, que Pasolini lo invitó a dar una vuelta y a cenar, para después ofrecerle dinero a cambio de sexo, y que se puso violento ante su rechazo y tuvo que defenderse. Pero ya entonces la versión era endeble. Periodistas como Oriana Fallaci denunciaron que hubo más de un autor material del asesinato. Muchas cosas no encajaban: la fortaleza física de Pasolini frente al enclenque Pelosi, la escasez de manchas de sangre en la ropa del convicto y la imposibilidad de que un trozo de madera reblancecida pudiera ser el arma homicida.Todas estas conjeturas y detalles asoman en las páginas de «El caso Pasolini. Crónica de un asesinato», de Gianluca Maconi, un cómic que retoma este epidosio real de los «años de plomo» italianos. Además de la posibilidad de un móvil político, que el autor enlaza con las ideas anti-sistema de Pasolini expuestas en la última entrevista que concedió, al periodista Furio Colombo, tan sólo horas antes de ser asesinado.Pelosi fue el único condenado. El juez no creyó su versión pero tampoco aceptó que hubiera otros implicados. En 2005, Pelosi cambió su versión en una entrevista televisiva y reconoció que aquella noche fueron tres hombres encapuchados los que dieron la paliza mortal al autor, aunque mantuvo que fue él quien lo atropelló. Tras esto, se reabrió el caso, pero la Fiscalía de Roma le dio portazo ante la falta de pruebas.
Anti-sistemaDibujado por Gianluca Maconi (Pordenone, 1977), y publicado por la editorial Gallo Nero, el cómic retrata al pensador e insinúa que el móvil del crimen fue su voz incómoda para el poder: Pasolini rechazaba al sistema imperante, controlado por la banca y el gran capital. «Echo de menos a la gente pobre y auténtica que luchaba por destruir al amo sin transformarse en el amo. Al estar excluidos de todo nadie los había colonizado», dijo en su última entrevista.
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