Vejez colonial

Los nostálgicos del imperio británico, los que aún creen que el colonialismo es un modo bondadoso de adoctrinar a los salvajes, encontrarán particularmente agradable este filme. Lo que viene a decir es que, en tiempos de crisis, el futuro de los jubilados está en instalarse en países emergentes donde puedan sacar el máximo partido de sus pensiones colonizando una cultura ajena mientras fingen aprender de ella. Tampoco es un filme sobre lo que significa envejecer, en cuanto que corrobora todos los clichés sobre la tercera edad establecidos por la más optimista de las sabidurías populares. Jubilarse es tener una segunda oportunidad, empezar de cero: el único personaje enamorado de una fantasía del pasado es castigado con una muerte plácida. Madden se conforma con respetar el tópico del bullicio indio sin aportar personalidad a la puesta en escena de este geriátrico poblado por actores que seguirán trabajando hasta el fin de sus días. Es gracias a ellos, a la flemática profesionalidad de Dench, Smith o Wilkinson que la cinta se hace soportable.