Justino Sinova

La dictadura de lo instantáneo por Ángel Valle

Publicar cuanto antes una noticia conlleva, en algunas ocasiones, que la información no se contraste

La dictadura de lo instantáneo por Ángel Valle
La dictadura de lo instantáneo por Ángel Vallelarazon

Rigor, calidad y verdad. Esos son los valores que deben regir en el periodismo frente a la inmediatez y el carácter instantáneo, que parecen ser el denominador común asociado a la forma de trabajar actual vinculada a las nuevas tecnologías. Esto es, al menos, lo que expresó la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), Carmen del Riego, en una mesa redonda titulada «Los nuevos periodistas», dentro del curso «Ética, credibilidad y confianza en los medios de comunicación del siglo XXI», que se celebra hasta mañana en el marco de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial.

Y es que, la forma en que las nuevas tecnologías han cambiado el modo de trabajar de los profesionales de la comunicación ha sido enorme y no necesariamente para mejor. Es cierto que las herramientas que se han puesto a nuestro alcance ayudan a desarrollar de forma más sencilla la labor periodística, en cuanto a rapidez, acceso a las fuentes, disponibilidad de material gráfico, manejo de datos… Pero no es menos cierto que son sólo eso, herramientas, y que, por sí mismas, no sirven para hacer un mejor periodismo. Y otras de las consecuencias directas de esta «dictadura» del periodismo digital es la obsesión por la rapidez, por dar cuanto antes las noticias –las mismas que dan todos los demás medios– y no quedarnos atrás. Eso lleva, muchas veces, a publicar informaciones falsas, no contrastadas e interesadas pues la fuente es sólo una de las partes interesadas… Pero además, esta manera de trabajar ha llevado a los medios digitales a tratar de competir incluso con el denominado periodismo ciudadano y con las redes sociales, tomadas como un medio de comunicación más.

Ante esta situación, Carmen del Riego asegura que «no todo ciudadano puede ser periodista porque se encuentre con una noticia en la calle, puede ser una fuente para un periodista, pero no un periodista». En este sentido, «quien tenga la credibilidad y la confianza en lo que publica, ha ganado la batalla del periodismo y esa credibilidad, que es lo que distingue a un periodista, quien se rige por unas normas éticas y deontológicas, que responde a unas demandas sociales», ha añadido. En referencia también a este panorama actual, Justino Sinova, director honorífico de la Escuela de Periodismo de «El Mundo», aseguró que «el trabajo del periodista es más necesario que nunca», ya que, según ha explicado, «con tanta cantidad de información que ofrecen las nuevas tecnologías, éstas pueden llegar a ser la mayor fuente de desinformación». Además, la información que ofrece un periodista «debe cumplir su función social y garantizar el derecho a la información de los ciudadanos». Por estos motivos, y también ante el gran intrusismo que sufre esta profesión, es más importante que nunca la formación que reciben los periodistas en las facultades de Comunicación. Por ello, Sinova incidió en la necesidad del periodismo profesional y defendió la formación, ya que los alumnos salen muy mal formados de las escuelas. Entre sus carencias ha destacado: una «deficiente» redacción, falta de pasión por informarse, o el desconocimiento de materias «básicas» para el ejercicio de la profesión como Derecho, Economía e Historia.

Otra tarea es la selección y la jerarquización de la información. Un medio de comunicación, tal y como aseguraba Iñaki Gil, director adjunto de «El Mundo», en una mesa redonda organizada por LA RAZÓN, tiene como función hacer una selección de toda la información y darle a su audiencia esas noticias organizadas y, en la medida de lo posible, interpretadas.