Historia
Familia política
Mi marido era de la opinión de que la familia política lo enmerdaba todo, lo desunía todo, lo jorobaba todo, de hecho siempre detestó a sus cuñadas: a una la llamaba víbora, a otra la calificaba de ordinaria, y todo así. Es cierto que la familia política lo «deconstruye» todo, pero no nos queda otra que apechugar con lo que nos caiga. A la reina de Inglaterra le tocó de hija política a Diana Spencer, que Dios la tenga en la gloria, y casi se carga a la corona británica. Sin embargo, ha habido otros casos con mejor fortuna que no hace falta nombrar, porque están en la mente de todos. En las familias de a pie ocurre lo mismo, y las suegras siempre anduvieron de cabeza con sus nueras, las cuñadas entre ellas y los benditos hombres aguantando el chaparrón. Y todo por celos, envidias y esos bajos sentimientos de las gentes de medio pelo. Ahora llega un nuevo miembro a la familia real británica, y supongo que todos están echándose a temblar. El anuncio de boda del príncipe Guillermo con Kate Middleton hace que esos viejos temores vuelvan a resurgir, mientras el príncipe Carlos sigue viviendo al lado de Camila, la mujer que siempre amó y con quien tenía que haberse casado desde un principio, pese a tener que renunciar a sus derechos dinásticos, como ya hiciera su tío abuelo Eduardo VIII, para unirse a la ambigua Wallis Simpson. Llega alguien nuevo a la realeza europea. Ya veremos cómo resulta.
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