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Crisis pero menos

Todos pensaban que sería peor. Pero esta edición, marcada por la crisis, cierra con un descenso del 4 por ciento de ventas. Lo mejor, la literatura infantil, que se consolida.

La Feria del Libro de Madrid arranca este viernes de manera virtual
La Feria del Libro de Madrid arranca este viernes de manera virtuallarazon

La Feria del Libro de Madrid cerró ayer sus puertas con una cifra que no es buena, pero que tampoco resulta tan desalentadora o catastrófica como muchos temían el día de la inauguración. La realidad no ha correspondido a ese sentimiento de pesimismo que había enraizado durante los últimos meses en el ánimo de los libreros y editores y que venía empañando el futuro. Todos, o al menos muchos, vaticinaban un acentuado descenso de las ventas y un balance negativo que ahogara sus expectactivas de futuro –el balance total de muchas librerías depende de los resultados que obtengan durante estos diecisiete días, que se han convertido en fundamentales para sostener el entramado de librerías–. «Este tejido está en peligro –aclara Fernando Valverde, director adjunto de la Feria, a este periódico–. En el fondo, está constituido por pymes o micropymes. La crisis los ha puesto ahora en peligro», reconoce.

Compras institucionales
Al final, los lectores han respondido; aunque las compras institucionales hayan experimentado un descenso radical, las ventas de los visitantes solamente han disminuido un cuatro por ciento respecto a la edición anterior. Traducido a una cifra, eso supone alrededor de 7.950.000 euros de beneficios. «Es una caída y por eso no es positivo, pero todos venían al Paseo de Coches con un sentimiento de derrota mucho mayor. Ha sido mejor de lo que esperábamos», declaró ayer Fernando Valverde. Una cifra que se aleja de las peores expectativas, pero que hay que sumar a la bajada del 9 por ciento que dejó como balance global la edición anterior, que sí supuso un fuerte revés para los libreros que acudieron a la Feria. Durante las dos últimas citas, las ventas han caído cerca de un 13 por ciento. «Ha habido una gran afluencia de público, pero también es cierto que ha gastado mucho menos dinero. Aquí dependemos un poco del tiempo que haya, si llueve o hace sol, como es conocido. Estas semanas, sin embargo, no ha sido malo. En 2010, por ejemplo, coincidió con el Corpus y eso influyó. De todas maneras, la crisis afecta menos a la Feria que al día a día de las librerías», asegura Valverde.

Pilar Gallego, presidenta de este evento, explica que «hemos tenido dos fines de semana muy buenos, el segundo y el tercero, con firmas multitudinarias, y hemos observado también que sigue manteniéndose la tendencia de otros años». Entre los datos positivos que arroja esta edición, sobresale con claridad el auge que está experimentando la literatura infantil y juvenil que, en los últimos años, goza de un verdadero apogeo gracias a personajes tan populares como Gerónimo Stilton, cuya presencia arrasó entre las casetas de El Retiro y que desde hace mucho tiempo se ha convertido en un fenómeno imparable entre los lectores más jóvenes. «Se ha consolidado este sector. Las actividades paralelas que hemos programado también han ayudado en este caso. Es una realidad afortunada, la verdad. Una tendencia que, además, se da más allá de los estrictos márgenes cronológicos que marca la Feria. Es algo que las librerías han observado a lo largo de todo este año», comenta Valverde.

Exceso de producción
Él mismo resalta algunos aspectos que la crisis ha puesto de relieve y que habría que corregir en el futuro para que el sector editorial consiga muy pronto mejores resultados. Para Fernando Valverde habría que terminar con ese exceso de producción que existe en España y que no corresponde con la demanda. Un problema que lleva aparejados dos inconvenientes: aumentan las devoluciones y también los costes provenientes de la distribución. Sobre todo en tiempos de crisis, cuando las librerías apenas pueden permitirse el lujo de enriquecer el fondo de sus estanterías con títulos marginados por la demanda. «Habría que racionalizar el proceso del libro de papel y ajustar lo máximo posible el número de ejemplares de las tiradas», aclara Valverde. Él mismo recalca una contradicción que se está produciendo en estos momentos: «Existe una paradoja. En los últimos treinta años no se había leído lo que ahora. Pero ese grueso de lectores casi siempre escoge los mismos libros. Se consagra de esta manera el llamado "best-seller".

Junto a esta dinámica, existe un universo paralelo de libros, sobre todo los del ensayo y la llamada gran literatura, que compiten por un pequeño puñado de lectores que son siempre los mismos. Para estos géneros existen muchas dificultades. Los más vendidos suelen eclipsar al resto de títulos que se publican».Otra de las deudas pendientes de este sector es el libro electrónico que, si bien en Estados Unidos empieza a arrojar un volumen interesante de beneficios, apenas termina de despegar en España. Para Valverde, es uno de los puntos donde resultaría necesario que «reaccionaran» los sellos editoriales y una de las causas de que todavía influya en las ventas de la Feria del Libro de Madrid. «En estos momentos, las descargas del e-book solamente representan cerca de un 1 por ciento de la compra interior del país. Es algo que no sucede únicamente en España, sino en toda Europa. La realidad es que la crisis actual está afectando a todo el mundo. Los ciudadanos tienen dificultades para llegar a fin de mes y eso influye en el mundo del libro», concluye.

El detalle. El tirón de Stilton
Dos nombres, dos héroes para todos los niños: Pocoyo y Gerónimo Stilton. Dos personajes que han arrasado y atraído a los más pequeños a la Feria del Libro (había colas delante de las casetas donde el ratón periodista más famoso de todo mundo estaba firmando). La literatura infantil y juvenil ha subido, según afirman, casi un veinte por ciento.