Grecia
Europa es la solución
Lejos de aminorar su furia tras los ataques del pasado lunes, el «tsunami» financiero griego, crecido por la situación en Italia, asestó ayer a la economía española un durísimo golpe que obligó a pagar el 5,2% de interés por colocar nuestras emisiones de deuda, disparó la prima de riesgo hasta los 455 puntos e hizo caer la Bolsa un 1,61%. El diagnóstico de la Comisión Europea explica en gran parte el ataque como un contagio del virus que afecta a Grecia e Italia, y no debido exclusivamente a la particular situación de la economía española. Y es cierto que nuestra deuda pública, que alcanza el 68% del PIB, supone prácticamente la mitad que la de Italia, estimada en un 120%. Pero también lo es que nuestras cifras de déficit superan a las facilitadas por Roma y que las de desempleo encabezan las de la UE. Gracias al paraguas que supone nuestra pertenencia al club del euro, y a la proximidad del cambio político que anticipan las encuestas el próximo domingo, la economía española no está hoy en situación de tener que ser rescatada. Europa es nuestro muro de contención y en ella, en una UE reforzada, con mayor capacidad de respuesta, está en buena medida la solución a la crisis de deuda soberana y la supervivencia del euro y de la propia Unión. Y por ende la de la economía española. A lo largo de la campaña electoral, Mariano Rajoy se ha referido a las primeras medidas que un Gobierno del PP adoptaría, si es elegido, nada mas llegar a La Moncloa. Pero Rajoy, que sabe que la situación requiere la máxima urgencia, sin esperar al proceso de investidura en diciembre, mantiene desde hace semanas contactos habituales con el presidente del Gobierno y sus colaboradores trabajan ya ante los ejecutivos europeos para explicar las medidas que aplicará si el próximo domingo obtiene la mayoría suficiente. Rajoy es además muy consciente de la falta de credibilidad que acompaña hoy a la economía española. La desastrosa gestión del Gobierno socialista, sus dudas, su retraso en aplicar medidas correctoras y el uso de la demagogia como instrumento han deteriorado extraordinariamente la imagen de la marca España. El PP insiste por ello en los últimos días de campaña en la necesidad de recuperar el diálogo y en que es preciso presentar en Europa una imagen de unidad. Así, como hoy informa LA RAZÓN, el PP prepara ya reuniones con el PSOE y otros grupos para no perder ni un solo día y articular una respuesta a los mercados con el mayor consenso posible. La crisis nos ha mostrado que pueden bastar 24 horas de bombardeo de los mercados financieros para dar al traste con los planes de reforma económica de un país en dificultades que haya perdido la credibilidad, pues sin ella no existe confianza en que un Estado respetará las normas del juego y será capaz de cumplir con sus compromisos. El PP de Mariano Rajoy es plenamente consciente de nuestro déficit de credibilidad y no esperará a la investidura para emprender una amplia ofensiva diplomática para lavar la imagen de España y recuperar la confianza perdida y la capacidad de influencia, de la que hoy carecemos, para poder cambiar las cosas en la UE y reforzar el papel de España.
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