Estados Unidos
Posponen nuevamente la votación del plan republicano de la deuda
El desconcierto político en Estados Unidos continuó hoy con una nueva jornada en la que los republicanos dieron marcha atrás en su intención de votar en la Cámara de Representantes su propuesta de elevación del techo de la deuda, que evitaría la suspensión de pagos que amenaza a EE.UU. el 2 de agosto.
En un sorprendente reconocimiento de derrota dentro de su propio partido, con mayoría en la Cámara baja, el líder republicano John Boehner detuvo en el último momento la votación de su plan ante la posibilidad de que no alcanzara los 217 votos necesarios, por la oposición de los miembros del Tea Party, el ala más conservadora.
La Cámara cuenta con 240 republicanos, de los que cerca de una treintena se encuentra en la línea del Tea Party, quienes han criticado que el plan de Boehner es demasiado suave.
El diseño republicano, que plantea una reducción del déficit de EE.UU. de casi un billón de dólares en la próxima década, era en principio una muestra de músculo político por parte del partido conservador.
Ya que el Senado, controlado por los demócratas y donde tendría que someterse a votación en caso de que se aprobara en la Cámara de Representantes, había anunciado previamente que rechazaría la propuesta republicana. "Ningún senador demócrata va a votar esa propuesta", dijo Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en el Senado, al conocer el anuncio de que Boehner sometería su plan a votación este jueves.
Reid ha propuesto un plan paralelo, que reduciría el déficit en 2,2 billones de dólares en la próxima década y autorizaría elevar la deuda hasta 2013, pero se desconoce cuando será sometido a voto. El plan de los republicanos, que parecen estar dispuestos a mantener su propuesta hasta las últimas consecuencias, sólo otorgaba fondos hasta finales de año, y exigía un nuevo debate a comienzos de 2012, año de elecciones presidenciales en EE.UU..
Aunque el líder republicano reconocía esta mañana que aún no había recabado los votos necesarios para aprobar la medida, se mostraba esperanzado al afirmar que estaban "moviéndose en la dirección correcta"y que esperaba convencer a los miembros reticentes a lo largo del día, algo que finalmente no ha conseguido.
Además, si bien había reconocido que su plan no era "perfecto"era "factible y firmable"por el presidente de EE.UU., Barack Obama. La votación frustrada de esta noche confirma las declaraciones de Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, quien urgió al Congreso en su rueda de prensa diaria de hoy a concluir el "circo político"y alcanzar un "compromiso amplio y bipartidista". "Otro día desperdiciado mientras el reloj sigue corriendo, ahora es el momento del compromiso para que podamos solucionar este problema y reducir el déficit", señaló el director de comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer, minutos después del anuncio.
Las posturas entre republicanos y demócratas no han logrado en los últimos días acercarse pese a las múltiples reuniones, algunos de ellos convocados por Obama en la Casa Blanca, que concluyeron con repetitivas declaraciones de buenas intenciones pero sin resultados concretos.
Mientras tanto, los mercados internacionales contemplan atónitos la posibilidad de que EE.UU., por primera vez en su historia reciente, se declare en suspensión de pagos ante la incapacidad del Congreso de alcanzar un acuerdo. Obama, en un discurso a la nación el pasado lunes, lamentó el "bloqueo"de las negociaciones y alertó sobre las "catastróficas"consecuencias económicas para EE.UU. de no aprobarse el alza del techo de deuda, actualmente en 14,3 billones de dólares.
Agencias de calificación de crédito, como Standard & Poors y Moodys, advirtieron la semana pasada que contemplaban la rebaja de la nota de EE.UU. de la categoría máxima AAA, lo que los expertos han anunciado que implicaría una subida de tipos de interés en EE.UU..
Por su parte, la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió hoy que si EE.UU. no alcanza un acuerdo para elevar el tope de deuda "podría conllevar un declive del dólar"como la "principal divisa de reserva".
Lagarde calificó la situación de "bastante preocupante", pero mostró su "esperanza de que los líderes políticos tengan el coraje y la humildad para superar sensibilidades políticas (...) por el bien del país y por el bien de la economía mundial".
Por su parte, el Tesoro de EE.UU. reiteró que el 2 de agosto es la fecha en la que el Gobierno se quedaría sin fondos para hacer frente a sus obligaciones por lo que, de no aprobarse la subida del tope, debería decidir a quién paga y a quién no.
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