MMXII

Según está la cosa tenemos mala suerte hasta para los años bisiestos. No es que uno pueda elegir cuando vienen porque ya sabemos que son como las ruedas de prensa de Rajoy con preguntas: una cada cuatro años. Pero no deja de tener su irónico aquel que el año bisiesto que acabamos de estrenar, el que tiene un día más, tenga que ser el año de los recortes y de un horizonte muy muy lejano de recuperación que lo vamos corriendo una casilla según avanzamos en el calendario: iba a ser 2011, luego 2012 y ahora 2013, y subiendo. En Madrid el MMXII será el año de la alcaldesa Ana Botella y de una nueva etapa al frente de Cibeles. Tendrá un día más para aclimatarse al cargo y la oposición también tendrá un día más para afilar sus garras. Ya veremos a quien le sienta mejor. Pero ese día añadido a finales de febrero para lo único que no va a servir es para el gasto porque el margen de maniobra económico es más bien escaso.
En la Comunidad el MMXII no tendrá que suponer ningún sobresalto añadido salvo el runrún constante de si acabaremos la legislatura como la comenzamos. A fuerza de preguntarlo sin que pase nada va perdiendo sentido. Pero los de Local también tenemos que vender periódicos. Y en el PSOE y el PSM el MMXII tendrá que servir para decidir hacia donde ponen rumbo y con quien. Refundación, refundición o partirse la cara a sartezanos. En los partidos políticos los años bisiestos suelen servir para arrearse un día más al año que es un deporte casi olímpico. Así que a lo mejor vemos a Tomás Gómez debutando en Londres en esgrima. Falta le va a hacer para aguantar todo el año que empieza. Y encima con un día más en la oposición.