Valencia
«Nunca entendí la multa: todos aparcaban en el carril-bus»
Mes y medio. Ése fue el lapso de tiempo en el que Santiago Gimeno vio como su saldo de 12 puntos se agotó. Este valenciano de 55 años tiene el carné desde los 18. Y es un conductor modelo. «Con las compañías de seguros, como no tengo siniestralidad, cuento con la máxima bonificación», dice.
Pero empezaron a caer las multas: seis en total, penalizadas con dos puntos cada una, lo que provocó que se le retirara el carné en 2009. ¿Su «delito»? Estacionar –con dos vehículos distintos, que condujeron otros miembros de su familia– en el carril-bus de la Avenida Juan XXIII de Valencia. «Ese carril llevaba pintado años y todo el mundo aparcaba allí, porque no pasaba línea regular». Poco después, se reformó la ley de tráfico. Estuvo seis meses inhabilitado y tuvo que acudir a un cursillo de 24 horas, en el que sus compañeros eran conductores a los que se les había retirado el carné por consumo de alcohol. No pensaba recurrir. «¿Para qué meterme en berenjenales?», se decía. Pero también pensó que si tenía otro «tropiezo», la inhabilitación podría ser de años. Apoyado por Automovilistas Europeos Asociados, acudió al juzgado. «Los abogados me decían que, si esto lo veía un juez, era difícil que fallara en mi contra». Y ahora, «me he llevado una alegría». Tras pasar la inhabilitación, ahora cuenta con ocho puntos en el carné. Pero espera que le sumen los cuatro más que le corresponden.
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