Barcelona

«Cataluña es España y España es de los catalanes»

Rajoy censura la «huida hacia ninguna parte» de Mas y le acusa de «abdicar» de su responsabilidad

Rajoy acusa a Mas de «rendirse» cuando Cataluña más necesita soluciones
Rajoy acusa a Mas de «rendirse» cuando Cataluña más necesita solucioneslarazon

BARCELONA- Cada vez que hay una cita en las urnas los dirigentes políticos suelen decir que «estas elecciones no son como las demás». La frase, aunque muy manida, nunca ha cobrado tanta exactitud en Cataluña como ahora, puesto que CiU se ha empeñado en convertir el 25 de noviembre en una suerte de plebiscito sobre la independencia. Se trata de un desafío de enorme envergadura y, por tanto, el presidente del Gobierno no puede quedar al margen. Ayer, en Barcelona, Mariano Rajoy entró al trapo con un doble objetivo: buscar el cuerpo a cuerpo con Artur Mas y proclamar las convicciones del PP con el propósito de convertirlo en el vehículo electoral de los catalanes que no están por la ruptura. «Cataluña es España y España es de los catalanes. Separados perdemos todos y juntos ganamos todos», sentenció Rajoy en la clausura de la 19ª Intermunicipal popular.

El presidente del Gobierno ofreció esta semana en el Senado la primera entrega del duelo que piensa librar con Mas durante la precampaña catalana. Fue el pasado martes cuando le acusó de querer someterle a un chantaje, aceptando el concierto económico o ateniéndose a las consecuencias. Rajoy tomó de nuevo este hilo en Barcelona –en su primera visita después de la manifestación independentista de la Diada– para censurar el anticipo electoral en Cataluña cuando tan siquiera han transcurrido dos años de mandato. «Es preocupante que un gestor público abdique de sus responsabilidades por interés electoral», dijo.

Los populares no ven ningún argumento que justifique el órdago soberanista de Mas y, por eso, Rajoy se empleó a fondo en la labor de ponerlo en evidencia. «Pensé que los tiempos de frivolidad, levedad e irresponsabilidad habían pasado, pero no», lamentó el presidente del Gobierno en alusión al referéndum de autodeterminación que Mas quiere convocar aun sin cobertura legal, un proceso que bautizó como «la huida hacia ninguna parte». «Lleva a siete millones de catalanes a un dilema imposible», criticó. «Yo no me voy a saltar la ley, es mi obligación como gobernante», sentenció Rajoy en contraste con el líder de CiU y su inconveniencia con «saltarse la ley a la torera».

Dicho esto, el presidente del Gobierno realizó un ejercicio que aprendió a la perfección durante sus años de opositor, el de combatir la idea promovida por sus adversarios sobre la supuesta catalanofobia de su partido. Ni hablar de eso, vino a decir Rajoy. «Los españoles nos sentimos orgullosos de Cataluña. De su historia y de sus tradiciones, y su forma de ser es un patrimonio de valor incalculable para toda España», proclamó el presidente, muy concienciado ayer con el objetivo de transmitir su reconocimiento a la pluralidad española. «Como gallego llevo muy dentro la riqueza de la España plural porque es lo que he visto y vivido desde mi infancia. Esta pluralidad hace que España sea el gran país que es», describió, justo antes de colocar en primera persona sus sentimientos: «Yo soy gallego y amo a Galicia, pero también a Madrid, donde crecen mis hijos, y a Cataluña, donde nacieron».

La carrera de Alicia
La visita de Rajoy a Cataluña supone una ayuda inestimable para Alicia Sánchez-Camacho en esta carrera electoral que promete codazos a cada zancada. La candidata del PP estuvo también arropada por líderes municipales de toda España y, por supuesto, de Cataluña, con Alberto Fernández a la cabeza.

Sánchez-Camacho ha pedido a los líderes nacionales que subrayen su voluntad de diálogo con Cataluña para desacreditar la acusación de CiU, muy interesada en presentar al PP como un partido que la espalda a las reivindicaciones catalanas. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ya se expresó en este sentido durante la inauguración de la Intermunicipal Popular y Rajoy volvió a hacerlo: «Estaré siempre dispuesto al diálogo, a hablar y a escuchar, pero es muy difícil hacerlo con quien te viene a imponer el todo o nada».
Sánchez-Camacho asumió el papel de reclamar el voto para su candidatura y lo hizo ofreciéndose a las fronteras de su partido, a «aquellos votantes de Unió decepcionados por la deriva rupturista de su partido, a aquellos votantes moderados de Convergencia que no quieren rupturas ni huidas hacia adelante que traigan más crisis y a aquellos votantes socialistas a los que no les valen las medias tintas, que no quieren líderes acomplejados y que no defienden la casa común de todos los catalanes que es España». La candidata, finalmente, criticó la gestión de Mas por liderar un gobierno incapaz de hacer frente a sus pagos y sin interés en decir los costes de la independencia.