Cibeles Fashion Week
Pasarela Cibeles: de punta en blanco
Un dobladillo por aquí, la sisa que tira demasiado, un tocado que no acaba de convencer y una moqueta dispuesta a ser pateada. En el pabellón 14 de IFEMA ayer tocaba puesta a punto para que hoy desfilen las propuestas de la próxima primavera-verano de 44 creadores españoles: Adolfo Domínguez, Andrés Sardá, Amaya Arzuaga, Roberto Torretta, Davidelfín... suma y sigue.
A ellos se une este año la joven Maya Hansen, a la que a estas alturas tan sólo le queda rematar los complementos. «Dar el salto implica que todas las miradas están puestas en ti y te lo tienes que currar más todo. Por eso haré especial hincapié en la puesta de escena», adelanta mientras se muestra emocionada porque por primera vez tendrá una linea propia de calzado de la mano de Esther Calma. Uno tras otro, el ritmo de desfiles será imparable hasta que el martes los jóvenes talentos de la moda pasen su examen en El EGO.
Propuestas frescas
Sin embargo, la pasarela Cibeles es más. Mucho más. Prueba de ello es que a lo largo de esta semana Madrid se ha empapado de todo tipo de eventos «fashion». Nicolás Baudelet, hasta hace unos meses gurú del Caballo y que ahora cabalga en solitario, ha presentado el vestuario para un descarado musical en el Teatro Häagen-Dazs, mientras que Ión Fiz dio a conocer una edición coleccionista de la mítica muñeca Nancy.
Pero si algo toca reseñar de estos previos, es el desfile que ayer por la tarde acogió el Museo del Traje como aperitivo a la cita del fin de semana. Para dejar helados. Claro, se trataba de propuestas contra el calor. Un soplo de aire fresco con tejidos fríos y el blanco como punto de partida nos ofreció Alvarno, el dueto compuesto por Arnaud Maillard y Álvaro Castejón. Dos años les han bastado para convertirse en referentes del buen hacer y mejor coser de nuestro país, con la bendición de la ministra Ángeles González-Sinde, que aplaudió los oros y negros que pasaban frente a ella.
Pero, ¿cuál es su mérito? La obsesión por el patronaje arquitectónico, la minuciosidad artesana de los complementos y mostrar como sencillas unas piezas que llevan un maratón de trabajo. Como el vestido bordado con croché de 500 metros de hilo metálico y más de 100.000 cristales de Swarovski. Está claro que su peso lo hace inviable para un cóctel frente al mar. Pero sí lo son el resto de propuestas, especialmente las minifaldas en mikado de seda con polisón o en un tejido que tiene como base el papel. Las camisas troqueladas en neopreno ligero o el vestido blanco en mezcla de tules.
Exquisitez se le llama a todo esto y se está viendo recompensado. «Este momento que todos plantean como difícil es el nuestro. Si salvamos esta etapa inicial, como lo estamos haciendo, vamos a crear unos pilares sólidos», defienden Castejón y Maillard, que han nacido, sobreviven y van a más cuando esta crisis arrecia.
LAS CITAS: DEL ECO-CHIC A LA SENSUALIDAD
La Cibeles Madrid Fashion Week arranca y lo hace de la mano de Roberto Verino, que ayer atendía a una legión de periodistas que buscaban en el gallego y las prendas a las que daba el último visto bueno las claves de lo que se llevará en 2012.
«Cada uno tenemos que buscar nuestro paraíso particular. Y este es el eje principal de la colección, que tiene un toque eco-chic», asegura Verino, al que seguirá la última colección diseñada por el fallecido Jesús del Pozo en manos de su equipo y que promete no defraudar.
Para mañana se reserva Hannibal Laguna, que hará de la sensualidad la principal arma de sus propuestas para la mujer. También, Devota & Lomba, Davidelfín y Francis Montesinos, entre otros, presentarán sus diseños.
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