Sevilla
Otras espadas desenvainadas por Iñaki Zaragüeta
Todo está en el aire en el PSOE. La espera al Congreso Federal de febrero transcurrirá en medio de la tempestad. La cuestión está en que cualquier cosa puede pasar, una vez que quien quería ser secretario general y había programado todo al efecto, se encuentra invalidado, por no decir dinamitado, por el «caso Campeón». José Blanco hasta había colocado a Elena Valenciano como jefa de campaña de Rubalcaba para que no se escapara el menor fleco. En opinión de mi amigo Rogelio, el PSOE no es como el PP y el desenlace, hoy por hoy, es un misterio. Así se ha demostrado con reiteración. Aconteció con Almunia y con el propio Zapatero. El cantado choque de trenes Rubalcaba-Chacón podría no producirse. Demasiados flancos. Uno, apoyado por los anquilosados del partido; la otra, por el extinguido zapaterismo. El ex vicepresidente, además, huye de las contiendas electorales orgánicas, como se comprobó en la nominación como candidato. Por aclamación o nada. Por su parte, la ministra en funciones tendrá que batirse con la españolidad de la organización. ¿Alguien se imagina que, en pleno Sevilla, eligen a una catalana (con la que ha caído entre aquella Comunidad y Andalucía) en vísperas de las elecciones andaluzas? No descarto que el cuerpo a cuerpo entre los dos pesos pesados del momento ni llegue a producirse. Hay otras espadas desenvainadas. José Bono, con su alcalde de Toledo. Blanco, con Óscar López. Otros, con Madina. Hoy, todo demasiado abierto y muchos expectantes del papel que haga Rubalcaba ante Rajoy en la sesión de investidura. Una cosa está clara, el PSOE presenta un escenario muy complicado. Así es la vida.
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