Kiev
Cuatro años en la gloria
Desde Viena a Kiev, el fútbol español se ha convertido en el referente mundial
Viena, 29 de junio de 2008. «Si no estoy en la final con este equipo soy un mierda. Sólo pido que jueguen y se diviertan jugando». Luis Aragonés arenga a sus futbolistas minutos antes de enfrentarse a Alemania. Dos horas después, el técnico de Hortaleza es manteado por sus jugadores. El gol de Torres marca el principio y el fin de una etapa del fútbol español. Se cierran los años negros, donde la Selección, por unas u otras causas, nunca pasa de cuartos y se abre el periodo más glorioso de «La Roja», bautizada así por el propio Luis. Son cuatro años de gloria, de pasión, de identificación con un equipo. La obra la comenzó Luis y la ha culminado, mejorando el libreto anterior, Del Bosque en Kiev.
Luis y Vicente son antagónicos. El de Hortaleza siempre ha apelado al otro fútbol, a ganar por «lo civil y lo criminal», a la motivación en tono alto y directo. «Nos han metido hostias de todos los colores. Vamos a demostrarlo en el campo», les dijo a sus jugadores. El de Salamanca, ex jugador y ex entrenador del Real Madrid, tiene como modelo a Luis Molowny. La ponderación y el buen trato es parte de su motivación. Alza la voz lo justo, manda mensajes conciliadores. «Somos futbolistas nada más, luchamos con humildad y tenemos la pelota. No caigamos en la trampa de ninguno, cuidado. Vamos a ser solidarios».
Dos técnicos muy distintos, diferentes en todo, que han cambiado la historia de nuestro fútbol, porque Del Bosque recogió una gran herencia y ha sabido multiplicarla. Con el «tiqui taca» como patrón, con los bajitos en el campo y con la posesión de la pelota como principal elemento, «La Roja» se ha convertido en el mejor equipo del mundo. El sistema, con «9» o sin él, no se discute. Y esa es la base principal del éxito.
Volvamos a la génesis de esta Selección. Y habrá que recordar que la clasificación para la Eurocopa del 2008 llegó en la repesca ante Noruega. Y Luis, harto de egos, optó por la ruptura total. Mientras pedía una «sentada del fútbol español» y hablaba de la condición física de base, salieron de la Selección futbolistas tan carismáticos como Raúl. Dice Luis que a Raúl le iba el estilo de España porque tenía buen toque, pero que ya no tenía velocidad.
Era la revolución. Y salió bien. El partido de Rusia se pone como ejemplo de perfección. La victoria por penaltis ante Italia terminaba con el maleficio de cuartos y la final ante Alemania fue el colofón. Casillas; Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila; Xavi, Senna, Iniesta, Cec (Xabi Alonso, min 63), Silva (Cazorla, min 66) y Torres (Güiza, min 78) fueron los héroes de El Prater. 44 años después llegaba el segundo título para España.
Luis se fue, enfurruñado, por la puerta de atrás, enfadado con Fernando Hierro, director deportivo de la Federación, y llegó Del Bosque. Distinto, radicalmente opuesto en el trato, con el consenso de todos los medios informativos, y con la «obligación» de no desaprovechar la genial generación de jugadores. Y la Selección siguió ganando, demostrando que la idea era muy buena. La clasificación para el Mundial fue modélica y en Suráfrica se alcanzó la cima. El primer Mundial, un país entregado, las calles vestidas de rojo y unos jugadores que habían crecido futbolísticamente.
Los goles de Villa, el de Puyol a Alemania o la culminación de Iniesta ante los holandeses en la final siguen presentes. A partir de hoy, nunca olvidaremos a Silva, Jordi Alba y por supuesto a todos sus compañeros. Con Del Bosque a la cabeza, la Selección es ya una leyenda. Y eso que cuatro años no son nada.
Luis creyó en los jugones y se ganó en Viena
Villar otorgó su confianza a Luis Aragonés tras el desastre de 2004 en Portugal. Y aunque el Mundial de Alemania (2006) resultó una pequeña decepción tras perder con Francia, se empezó a cocer el germen del «tiqui taca» de los jugones. A Austria se llegó con dudas por la clasificación en la repesca y se salió por la puerta grande con el segundo título europeo para España. Luis, con su vehemencia, pero también con sus ideas, logró que la Selección jugase muy bien.
Apoteosis en Suráfrica cuando Iniesta marcó en la final ante Holanda y España, ya con Del Bosque, lograba el primer Mundial de su historia
El colofón en Kiev tras vencer a Italia en una espléndida final en la que «La Roja» culminaba un triplete histórico y quizá irrepetible en los próximos años
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