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Tea Party por Jorge Berlanga

Belén Esteban podría formar su propio «Chopped Party»
Belén Esteban podría formar su propio «Chopped Party»larazon

Reconozco que me tienen fascinado esas señoronas del Tea Party que desde su mesita camilla han puesto en un brete al todopoderoso Obama como si fueran a comérselo convertido en figura de jengibre, previamente mojadito en la taza con una mezcla de jazmín. Ahora resulta que la derechona más recalcitrante ya no es montaraz, bronca y sublevada, sino requetefina, alambicada y recién salida de la peluquería, como siempre tuvo que ser, hablando de los problemas de le economía mundial mientras se sirven una nube o dos de leche. América comenzó su revolución tirando el té por la borda para no pagar impuestos y ahora se lo beben con el meñique estirado para hacer tres cuartos de lo mismo.

Estas damas tan peripuestas con perfume fresco de lavanda y pinta de no haber roto un plato de porcelana proclaman la abstinencia fiscal, el mercado libre de armas y la tolerancia cero con los inmigrantes que se les meten hasta en la cocina. Incluso una de sus líderes, que ha invertido una barbaridad de millones en el invento, ha tenido que dimitir por tener una mucama sin papeles a su servicio. Pero ahí están, marcando tendencia con el punto de sexy milf de moral y morbo encorsetado de Sarah Palin, dejando al bienquisto Obama a la altura del betún con mantequilla para decepción de sus fieles de la progresía de las civilizaciones. El excarismático escogió un mal día para dejar de esnifar pegamento.

Yo me pregunto si por aquí no habrá señoras ya pensando en montarse un «tea party» a la española, con sede en el Embassy de Castellana, por poner un ejemplo. Habiendo tantas con tiempo libre para criticar y enmendar el mundo entre pasta y pasta, creo que hay un hueco importante para un partido de este tipo, dada la sosería que muestran Rajoy y compañía. A lo mejor podían fugarse del PP y apuntarse al nuevo partido damas como Esperanza Aguirre o Luisa Fernanda Rudí, que dan el tipo. O incluso doña Teresa Fernández de la Vega le podía dar un punto feroz al té. Metemos a Paloma Segrelles, Curri Valenzuela y la condesa de Montarco para dar brillo, y ya tenemos el germen de un partido para regenerar España con mano fina y corazón de hierro. Aunque dada la poca afición al té en nuestro país, podía llamarse mejor «Cóctel Party» o «Canapé Party». Es lo mismo, la cosa es imitar a los americanos. Y evitar que se adelante Belén Esteban con su «Chopped party», ahora que sale respondiendo en «Tengo una pregunta para usted» como los mismísimos presidentes.