Lucha contra ETA

No olvidamos

La Razón
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Aun sin creer que alguien, acusado ya de homicidio múltiple, pusiera en peligro a miles de personas, entre tripulantes y pasajeros, y que sean treinta, presumible y tristemente, las que no sobrevivan, destacan las ejemplares labores de rescate por mar y aire, el esmero de los buzos por pasillos y camarotes, la ardua tarea de evitar el peligro ecológico que supondría esparcir el carburante de este gigante e idílico lugar de vacaciones que ya es historia. Un error humano desató el horror, pero no la desesperanza ni la renuncia a los cruceros, maravillosa opción para viajar.

Tampoco quiero olvidarme hoy de alguien que anunció, con gallardía y sentido común, estar harto de la violencia, de la sangre derramada, de los tiros en la nuca, del fanatismo de los asesinos y de quienes se hacían llamar democráticos y amparaban, incluso se aprovechaban de ETA, banda criminal que sigue cometiendo infracciones en Francia, como admite la fiscal que lleva el juicio contra los cinco presuntos etarras. Por ser tan claro y valiente, Gregorio Ordóñez fue tiroteado hace ya diecisiete años. No le perdonaron que «hiciera temblar los cimientos nacionalistas en San Sebastián», como dice mi admirado Capefi en su web de memoria a las víctimas del terrorismo. Dejó mujer, un hijo de catorce meses y otro en camino. Hoy a las doce habrá un responso y una ofrenda floral en el cementerio de Polloe.