Brasil
La lluvia despeja el camino
Fernando Alonso necesita ganar y que Webber se quinto como mucho.
El triunfo, a veces, es sólo cuestión de paciencia. De aguantar la lluvia y seguir andando. Como hizo ayer Fernando Alonso. Dejó que se «estrellaran» sus dos rivales de Red Bull. Primero Webber, después Vettel, que vio cómo el motor de su coche empezaba a echar humo. Detrás estaba Fernando, esperando su oportunidad para ser primero. Tomó el mando de la carrera y Hamilton ya no pudo con él. Al final, después del chaparrón y una carrera eterna, le esperaba el champán. Y, a su lado, Felipe Massa, que era tercero. Los dos tan felices porque tenían mucho que celebrar. Primero, la victoria, después, seguramente, el Mundial.
Alonso va camino de su tercer campeonato del mundo. Le basta con ganar y que Webber quede por debajo del quinto puesto en la próxima carrera en Brasil para conseguirlo. Y si no puede, tendrá otra oportunidad en Abu Dabi. Sólo tiene que evitar las locuras y tener suerte con la mecánica. Para lo primero no tiene problemas. La cabeza del asturiano siempre está fría. Con 40 grados a la sombra o con el circuito convertido en un estanque, como sucedió ayer.
Nadie cuida mejor el coche que él. Y nadie comete menos errores. Perdió la segunda plaza por culpa de una tuerca mal puesta, pero Hamilton se despistó en una curva. Alonso, como siempre, estaba ahí. Y ya no perdió el liderato por más que insistió el británico.
Ferrari tiene la tradición, pero no tiene el mejor coche. Pero ayer, bajo el diluvio de Corea que convirtió la carrera en interminable, Alonso fue el que mejor supo manejarse. Tan bien que su tercer campeonato ya está en camino. «Todavía podemos conseguirlo», advierte Hamilton. Pero el británico siempre tiene prisa y por eso comete errores. Fernando sabe esperar. Como el que ve llover.
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