Reina y Torres la amistad

«El Niño» le acarició la calva y Pepe se transformó. Gesto serio, mirada húmeda, un nudo en la garganta... «He perdido a un amigo...», acertó a decir. En el rostro de Torres, una sonrisa.

Fernando es más frío, más cerebral, quizá. Su traspaso del Liverpool al Chelsea ha sido un bombazo. «Él considera que el Chelsea le va a garantizar éxitos y hacerle campeón; nosotros, no, y hay que respetarlo. A los aficionados del Liverpool les diría que recuerden los tres años y medio maravillosos que nos dio y sus goles». Concluye Reina, empieza Torres: «No les puedo reprochar nada –a los aficionados "reds"–; cuando estás fuera no entiendes algunas cosas del fútbol, me pasó a mí cuando se fue Vieri del Atlético. Solamente tengo buenos recuerdos del Liverpool y buenas palabras para sus miles de aficionados; pero es que cuando se fue Xabi Alonso, luego Mascherano... Veía un túnel sin luz al final y el Chelsea me abrió la puerta».

De cuando en cuando, Pepe sonríe; pero continúa afectado: «Cuando el domingo nos enfrentamos, él de azul, y le veía allí parado, parado porque no se movió mucho, la verdad –risas de ambos–, sentí nostalgia, me daba pena de los tres años y medio que pasamos juntos, de las comidas, meriendas y cenas con Olaya –la mujer de Torres-, Nora y Leo –los hijos–...». Reina ha vuelto a ponerse tierno e interviene finalmente Fernando: «Si no hubiera sido por Pepe mi rendimiento no habría sido ni parecido. Pero cuando acabe el fútbol volveremos a juntarnos, a irnos de vacaciones... Hay relaciones que cuando empiezan no se acaban nunca». Pues eso, la amistad.