20 euros menos en las nóminas

La empresa de transporte suburbano verá como su partida de gastos de personal se reduce en 7,9 millones de euros aunque de estos, sólo dos, saldrán de las nóminas de conductores, mecánicos, taquilleros, revisores... Las retribuciones salariales se reducirán en un 1 por ciento a partir de la nómina de julio pero, como la norma que regula estos recortes se aprobó el mes pasado, la medida tendrá carácter retroactivo y se restará también la cantidad correspondiente al mes de junio. Según los cálculos de la compañía, cada uno de sus trabajadores perderá de media unos 20 euros al mes. Una cantidad muy inferior que a la que se enfrentaban de no llegar a un acuerdo. Si sus conversaciones con los sindicatos no llegaban a buen puerto antes del día 20 (fecha en que cierran las nóminas), Metro estaba dispuesta a realizar directamente la reducción que establece la ley, el 5 por ciento, o lo que es lo mismo, unos 100 euros de media por empleado.A falta de una ratificación oficial de los recortes por parte de los trabajadores, que votarán el acuerdo en asamblea el próximo lunes, el plan de rebaja en Metro queda de la siguiente manera: Además del recorte en los sueldos, los sindicatos han aceptado reducir el importe de otras partidas incluidas en el capítulo primero de las cuentas de Metro, el de «gastos de personal». Así, entre otras, los empleados de la compañía verán como disminuyen sus presupuestos para viajes, formación, transporte nocturno del personal, horas extraordinarias y otro tipo de gratificaciones de las que disfrutan los contratados por esta empresa pública.La tijera también va a entrar en las nóminas de los directivos que tendrán que reducir sus sueldos entre un 8 y un 15 por ciento. Otra de las medidas adoptadas para llegar hasta los 7,9 millones de euros pasará por no cubrir las bajas de larga duración que se puedan producir entre los trabajadores de aquí a final de año, excepto las de los jubilados.Expedientes en cursoLos usuarios de Metro han tenido que padecer siete días de huelga antes de que se produjera el acuerdo. Los expedientes abiertos a los trabajadores que no cumplieron con los servicios mínimos, y que no han estado sobre la mesa de negociación, seguirán su curso habitual. En septiembre se conocerá la resolución de la mayor parte de ellos. Mientras, los viajeros del suburbano deberán tener los dedos cruzados porque el futuro de los traslados depende de dos factores: Primero, que los trabajadores de Metro den su conformidad al acuerdo reunidos en asamblea. Y, en segundo lugar, que el único sindicato que se ha negado a firmar el plan, Solidaridad Obrera, no tenga la intención de volver a las andadas. Un portavoz de este sindicato aseguró tras la reunión que su renuncia a firmar el acuerdo se debía a que, con él, «se rompe el convenio colectivo de los trabajadores». Es el único insatisfecho. Tanto los portavoces de la empresa como el presidente del Comité de Huelga recibieron con los brazos abiertos el «alto al fuego».