Parapetado tras González por Carmen Gurruchaga

Felipe González parece haberle cogido el gusto al «revival» que protagoniza en esta campaña y ayer ofreció un nuevo episodio de «Cuéntame». Han pasado los años y él sigue instalado en la demagogia, la mentira, el insulto faltón, el ataque «ad hominen»; en definitiva, más de lo mismo. Agredir, despotricar o ser faltón con terceros ausentes, no resulta complicado ante un público silente y entregado. Por eso ayer, el ex presidente, en su papel de dóberman, no obtuvo ninguna respuesta cuando, entre otras cosas, insinuó que el PP ocultaba a Aznar. Alguien podría haber preguntado por qué Rubalcaba se parapeta tras él y esconde a Zapatero, su hasta ayer compañero de Gobierno. Saber transigir con la realidad es un signo de inteligencia, algo de lo que no carecía González en sus tiempos de presidente. Ahora, habría que ponerlo en duda a tenor de sus últimas manifestaciones, pues parece ser el único que no se ha dado cuenta de lo desubicado que se le ve al negarse a representar el pasado y al asegurar, en referencia a Rajoy: «No puede ser que esto sea el futuro y yo el pasado».

Pues aunque él no sea consciente, es así y de hecho, hoy se celebra el gran debate entre los dos auténticos candidatos y en contra de lo que puede haber parecido en este inicio de campaña, González no estará ahí. Él ya tuvo su oportunidad hace 16 años, cuando tras 14 años de gobierno perdió las elecciones acuciado por los innumerables casos de corrupción, los crímenes de Estado perpetrados por los GAL, más del 20 por ciento de paro y unas cifras económicas que nos alejaban de Maastrich.