
España
El año en el que endeudarse se volvió excesivamente caro
La deuda soberana de España a 31 de octubre del presente año ascendía a 531.858 millones de euros, 56.456 millones de euros más que al cierre del pasado ejercicio (+11,78%). La vida media de la deuda es de 6,65 años, de acuerdo con los últimos datos del Tesoro Público.

A falta de la última subasta que se celebrará el próximo martes, 21 de diciembre, se puede concluir que 2010 no ha sido un buen año para la deuda española. Y no sólo porque ha aumentado su volumen en términos absolutos, sino, sobre todo, porque se ha encarecido sobremanera por el ataque de los mercados a los países con mayores dudas para resolver los problemas de déficit público: Grecia, Irlanda, Portugal y España. Dos de ellos ya han pagado con el rescate por parte de la Unión Europea; los otros dos, Portugal y España, asisten impotentes a los ataques de los inversores que saben que con sus movimientos especulativos pueden sacar pingües beneficios en el cortísimo plazo.
A lo largo del mes de mayo y durante el pasado mes de noviembre, la deuda española se ha visto sometida a una especulación que ha acabado por elevar el diferencial de la prima de riesgo –el que mide la rentabilidad del bono español y el alemán a diez años– a cifras históricas, que han superado los 300 puntos básicos (un 3% más de interés que Alemania para hacer atractivas nuestras emisiones).
A tres meses España ha pasado de pagar un tipo de interés del 0,38% en enero a un 1,87% en noviembre; a seis meses la variación ha sido de 0,48% al 2,26%, y en las Letras a un año, del 0,86% al 2,45%. En la última subasta de obligaciones a 10 años hubo que subir la rentabilidad un 18,4%.
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