EE UU se prepara para lo peor en el desastre ecológico del Golfo de México

Nueva York- A medida que se recogen más bolas de alquitrán en las playas del Golfo de México a consecuencia del desastre de BP, la marea negra política en Washington se hace mayor. Algunos conservadores claman que esta catástrofe es mucho peor que la del huracán Katrina. En cambio, los liberales piden tímidamente más intervencionismo por parte del presidente Barack Obama. Pero, de momento, no se atreven a hacer paralelismos con ambos desatres debido a los más de 1.800 muertos del huracán de 2005. Ayer se escribió otro capítulo negro en la historia de este desastre después de darse a conocer que la operación «Top Kill» ha fracasado. El Gobierno de Obama y la empresa BP habían puesto todas sus esperanzas en este método para sellar la fuga. Pero, ahora, autoridades y expertos de la compañía tienen que volver al punto de partida y utilizar robots a control remoto para contener el flujo de petróleo con una nueva cúpula, como ya intentaron al principio con no excesivo éxito. La diferencia es que ahora ya pocos ocultan sus peores temores y admiten sin reparos que la situación está fuera de control. El jefe de operaciones de BP, Doug Suttles, admitió en una rueda de prensa el sábado, cuarenta días después del accidente, que «después de tres días intentando sellar la fuga, hemos sido incapaces de contener el flujo». Los ingenieros han estado bombeando lodo hacia la tubería dañada para sellar el lugar de la fuga, pero también han fracasado. Ahora piensan en un nuevo método. Por su parte, la asesora de Energía y Medio Ambiente de Obama, Carol Browner, explicó ayer que el derrame es «posiblemente el peor desastre ecológico que hayamos encarado en este país».