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Vives en este mundo o en el otro por Manuel Calderón

La Razón
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No sé si se han dado cuenta de que el Príncipe de Asturias nunca contesta a las llamadas telefónicas. Seguramente dejará el teléfono en silencio mientras está en actos públicos y sólo sentirá en el corazón el cosquilleo del vibrador y ese otro cosquilleo de pensar quién me estará enviando en este preciso momento un mensaje: «No llegues tarde». No sabemos cuál es su politono, ni por supuesto cuál es la marca de su móvil –ése debe de ser un secreto muy bien guardado para no propiciar operaciones de márketing, que no está la cosa para más líos...–, ni si es un smartphone de última generación, aunque seguro que sus asesores le han aconsejado que no ande por ahí con la oficina en el bolsillo, que esos artilugios ya no son como los paraguas, que acababan en objetos perdidos. Tampoco sabemos si tiene tableta, aunque estoy seguro de que la utiliza porque hasta Simeone la debe de tener para preparar las alineaciones antes de dormir. Sin duda el Príncipe no es un purista que sigue utilizando los teléfonos públicos de las cafeterías y que hay que llamar a casa de sus padres –con lo que intranquiliza– para localizarle con urgencia. No, de eso nada. Seguramente debe de utilizar los dedos pulgares para mandar «whatsapp». Mejor escribir «monarkia» con «k» y sin acento que soñar con palomas mensajeras.