París
La izquierda francesa vence en unas cantonales marcadas por la abstención
Un fracaso para las fuerzas democráticas. Ésa es la primera enseñanza que se desprende de la segunda vuelta de las cantonales parciales en Francia, donde ayer la abstención batió de nuevo un récord, rozando el 56%.
Apenas un 44% de franceses acudió a las urnas, signo del desinterés por estos comicios en los que se renueva a la mitad de los representantes departamentales y de la desafección por la clase política.
La decepción era palmaria en la sede la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Nicolas Sarkozy, que con un 18,89 % de los votos, según los primeros recuentos, no consiguió galvanizar a sus tropas ni convencer al electorado. La derecha, que controla 42 de los 100 departamentos, perdería alguna de sus presidencias en favor de la izquierda, aunque el primer ministro, François Fillon, no tardó en minimizar el varapalo: «El retroceso gubernamental es menos importante que el anunciado».
La llamada a la movilización general, después de que el ultraderechista Frente Nacional se quedara sólo a dos puntos por detrás en la primer ronda, no ha surtido efecto y estos mediocres resultados plantean además la cuestión crucial de cómo resistirá el partido del dirigente conservador al «fenómeno Le Pen» en las próximas presidenciales. Con un 10,01% de los votos, el partido de extrema derecha consiguió la simbólica hazaña de obtener la elección de dos de sus candidatos, los primers representantes que la formación tendrá en un consejo departamental.
Con una abstención histórica, la victoria de la izquierda, que les arrebata a los conservadores al menos tres departamentos, es sin embargo «relativa», explicó la líder socialista, Martine Aubry. Su partido obtuvo el 35 %.
La escasa movilización sirvió para frenar el ascenso, en la primera vuelta, de la extrema derecha, presente en 400 de los 1.566 cantones que ayer se renovaban y en los que protagonizaba 200 duelos frente al Partido Socialista. A un año de los comicios presidenciales, la extrapolación a nivel nacional de esta cita local es inevitable. No sólo sirve de test sobre la relación de fuerzas entre partidos, también para medir el alcance de la dinámica creada por Marine Le Pen, para quien la campaña para 2012 «empieza ya desde mañana [por hoy]», dijo ayer.
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