Conciertos

Las influyentes

La Razón
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Todos sabemos que las modas van por donde quieren; que el mal gusto a veces prima sobre el bueno; que algunos han encontrado maravilloso, adorable y espectacular el atuendo de filetes de vaca que ha lucido recientemente; que sus canciones suenan por aquí y por allá; que se pretende compararla con Madona, pero no, ¡hasta ahí podíamos llegar! Madona ha sido una rompedora, una «epatadora» oficial, pero en bien, porque además de llevar crucifijos y corsés que modelaban su pecho en forma de embudo, era una buena cantante y una buena actriz, hoy reconvertida en una magnífica cincuentona casi clásica en el vestir y todavía pisando fuerte en lo suyo. A Madona le ha ocurrido lo contrario que a Picasso, que primero tuvo que demostrar que sabía pintar realismo para luego desfigurarlo y pasar al cubismo: él fue genio en ambas facetas. La cantante, primero embutió sus senos en extrañas formas para llamar la atención y luego se revistió de señora burguesa y tradicional. Así son las cosas y así lo hacen quienes tienen talento. ¿Será capaz la Gaga de hacer lo mismo y seguir triunfando? Eso queda por ver.