Cambios en el PP
Los «pata negra» del PP se mueven para rescatar a Cascos
Esperanza Aguirre defendió ayer en público lo mismo que piensan los «pata negra» del PP que aún siguen ocupando puestos en la dirección del partido: que el ex ministro y «hombre de Aznar», Francisco Álvarez Cascos, es el mejor candidato para optar al Principado de Asturias.
El tiempo, la gestión de la organización regional y los movimientos soterrados de Génova han convertido en un problema las divisiones internas que desde tiempo atrás arrastra el PP asturiano, aunque se hubiera conseguido que pasaran a un estado silente. Los veteranos no se cansan de recordar estos días que las luchas internas fueron las que facilitaron la primera victoria autonómica del socialista Vicente Álvarez Areces. Ayer la presidenta madrileña le colocó el cascabel al gato y reivindicó frente a tirios y troyanos (un sector de la dirección nacional y otra corriente del PP asturiano) el regreso a la primera línea política de Álvarez Cascos. «Para Asturias, para el PP y para España es algo enormemente positivo que vuelva a la política y en España no estamos para desaprovechar a una personalidad de su valía y de su fuerza», sentenció.
La consigna oficial manda echar balones fuera; remitirse al acuerdo que adopte el PP asturiano –aunque Génova no sólo tenga la última palabra, sino que ya ha dicho más de una por los canales privados correspondientes–; y subrayar que aún no toca designar a los candidatos. De hecho, fuentes oficiales negaban ayer a LA RAZÓN que en la agenda hubiera ya habido, o esté prevista, una reunión de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, con el candidato a candidato. Génova admite por adelantado que ve difícil que al final logre ser el elegido.
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