FC Barcelona

Barcelona

Por fin Fàbregas

En 2003 un prometedor joven llamado Cesc abandonó la cantera del Barça para fichar por el Arsenal. Cambió de ciudad, cambió de vida... Fue todo un desafío en el que logró fama y fortuna: se hizo un nombre en el mundo del fútbol y fue el capitán del Arsenal. Ocho años después, vuelve a casa. Pero Cesc ya no es Cesc, ahora es Fàbregas. Una muestra de la transformación que ha sufrido.

Fàbregas saluda a las 35.000 personas que acudieron a su presentación
Fàbregas saluda a las 35.000 personas que acudieron a su presentaciónlarazon

En Inglaterra le conocían por su apellido y así figura en la camiseta que vistió ayer por primera vez, la del Barcelona, su sueño, otro reto más en para él. «Éste es el desafío más grande de mi vida», reconoció el centrocampista, pletórico, el día que tanto esperaba que llegara. Tras tres veranos de negociaciones, Fàbregas regresa al lugar del que salió. Y lo hace, según palabras suyas, en el momento justo. «Hace tres años no sé si estaba preparado, ahora sí. Me veo más maduro y preparado para lo que venga. Voy a competir por un puesto con los mejores, pero no tengo miedo», admite el jugador en un discurso pleno de madurez. Acostumbrado a ser el centro del Arsenal, a jugarlo todo, llega a Barcelona con humildad y preparado para empezar en el banquillo. Como preparado estuvo el pasado mes de marzo al recibir una sonora pitada del Camp Nou cuando lo visitó con el Arsenal. «Sé que hay mucha gente que está dolida conmigo porque me fui, pero voy a darlo todo y me voy a dejar hasta la última gota de sudor», afirma Fàbregas, que ayer mismo recibió el calor de parte de la afición (35.000 personas) que hace meses le silbó. En ese momento era un rival, ahora es otro «culé» más. Algo que, en realidad, nunca ha dejado de ser. Lo explica Wenger a la perfección. «Se ha ido porque estaba loco por jugar en el club de su ciudad natal, donde fue educado. Es un asunto de corazón», dijo ayer el ex técnico de Fàbregas, el que más trabas puso a su marcha durante estos tres años, hasta que cedió. «Si hoy estoy aquí es por Wenger. Me quiere mucho y yo a él también. Siempre lo llevaré en mi cabeza y en mi corazón», desveló Cesc.

Guardiola opina similar. «Wenger y el Arsenal le han ayudado a ser mejor de lo que era cuando se fue», piensa el técnico azulgrana. Tan mejor, que media Europa ha andado detrás de él, incluido el Madrid, aunque el centrocampista pasó de puntillas por ese asunto, y que la operación le puede salir al Barcelona por 39 millones. 34 son fijos y otros cinco, variables. Firma por cinco años y su cláusula de rescisión asciende a 200 «kilos».

Fàbregas siempre ha sido una prioridad para Guardiola. Cuando era pequeño, Pep ya le dijo que algún día vestiría el «4» del Barça. Ayer fue el primero de esos días, ya que Thiago le ha cedido el número, y Cesc se lo agradeció. «Guardiola me ha demostrado su confianza en todo momento. Es un gran técnico y voy a aprender mucho de él», argumentó Fàbregas. «Vengo a conseguir hacerme un sitio y no voy a parar hasta conseguirlo. Lo bueno es que este entrenador es muy justo. Si puedo añadir algo a este grupo y mejorarlo un poco, me sentiré feliz», continúa el «4».

Fue un día muy ajetreado para Fàbregas: revisión médica y firma por la mañana, y primer entrenamiento con el equipo por la tarde. En medio, la presentación, con una rueda de prensa de 57 minutos. Antes pusieron un vídeo de cuando jugaba en las categorías inferiores del Barça. «Parece que fue ayer», dijo Cesc.