Barcelona

Pujol culpa a los políticos españoles de agravar la crisis con su «actitud chulesca»

Una semana después de acaparar los focos de atención planteando la viabilidad de la independencia, Jordi Pujol echó mano ayer de la célebre frase con la que Clinton trincó la Casa Blanca a Bush, «es la economía, estúpido», para seguir con su exposición sobre el camino que debe tomar Cataluña.

El ex president cuelga la medalla de CiU de salvar a España de ser intervenida
El ex president cuelga la medalla de CiU de salvar a España de ser intervenidalarazon

A través del boletín de su centro de estudios, Pujol aborda la crisis económica y social, «el segundo gran problema de Cataluña», tras el «conflicto» identitario, cultural y de autogobierno. Aunque comparte con miembros del gabinete de Rodríguez Zapatero que empiezan a verse «brotes verdes», la sintonía con el Gobierno no llega más allá. Pujol culpa a los dirigentes políticos españoles, sobre todo a Zapatero, de agravar la crisis con su mentalidad de «nuevo rico, presuntuosa y chulesca».

Rechazar la imposición

Si bien reconoce «fallos técnicos, políticos y éticos» en todo el mundo que han derivado en una crisis económica, acusa a España de ser uno de los países que peor ha reaccionado. Alega que «no aprovechó los años de crecimiento económico para mejorar su productividad y competitividad», y denuncia la falta de «realismo, valentía y responsabilidad» de los gobiernos del PP y de Zapatero.

Pujol atribuye los brotes verdes a que, desde mayo, «España tiene la suerte de que su Gobierno y el presidente ya no mandan». «Mandan Bruselas, Washington y Berlín», reconoce, los mismos que exigieron a España un pacto social si no quería ser intervenida.

¿Y en quién se apoyó el Gobierno para sacar adelante el pacto social? En CiU. Tras reprochar al PP que no estuvo a la altura porque le pudo su «obstinación partidista», cuelga la medalla a CiU de «salvar a España de ser intervenida». Tras poner en evidencia la capacidad gestora de los dirigentes españoles, insta a los catalanes a rechazar las «imposiciones» de España.

Sobre el aviso que lanzó su hijo, Oriol Pujol de que la Generalitat apenas tiene dinero para pagar las nóminas, el ex president se limitó a decir que se fía más de Artur Mas que de su hijo en temas económicos. Oriol Pujol admitió ayer que exageró. El PSC le perdona y tiende la mano para aumentar el techo de gasto de los presupeustos prorrogados de 2010. El PP le exige que elimine los gastos nacionalistas, como embajadas y subvenciones ideológicas.