Londres
Tarzán en Ibiza
Ni Cayo Coco, ni las Seychelles, ni Punta Cana, ni Cancún. Si tiene que elegir un rincón del planeta para poner las penas en remojo, Rafa Nadal siempre vuelve a su patria. Puede que le hayan arrebatado el trono de la ATP, pero el manacorí sigue siendo el rey de la isla.
En apenas 24 horas dejó Londres atrás, donde perdió la final del torneo de Wimbledon frente Novak Djokovic, y se zambulló en unas refrescantes vacaciones en Ibiza. Eso sí, como no podía ser de otro modo, su primera parada fue Mallorca. Allí se despidió del uniforme de trabajo hasta el próximo torneo: colgó la raqueta, la ropa blanca, las muñequeras y la cinta del pelo y se enfundó en el traje de baño rumbo a la isla Pitiusa acompañado de unos amigos. Un descanso merecido tras haber perdido el liderazgo de la ATP, que conservó durante 102 semanas. Lejos del polvo de la tierra batida, el martes Nadal disfrutó de una jornada a bordo de un yate anclado en aguas ibicencas. Con la destreza del mismísimo Tarzán, el tenista dio saltos y cabriolas desde cubierta e, incluso, se puso las gafas de buceo para contemplar el fondo marino. También tuvo tiempo para tomar el sol, charlar con los suyos y lucir palmito a bordo de la embarcación. Su excelente forma física prendó a más de una fan, que no pudo resistirse a pedirle un autógrafo cuando el tenista se aproximó a la orilla para darse un chapuzón. Parece que sus seguidoras aprovecharon la ausencia de la tríada de mujeres que habitualmente lo acompañan en sus encuentros deportivos. Lejos de su madre, de su hermana y de su novia, Xisca Perelló, las chicas se envalentonaron para pedirle una fotografía a pie de playa. Con su cercanía habitual, Rafa no dudó en posar junto a ellas.
De cena con los amigos
Eso sí, la reunión era sólo de chicos. Nadal y Xisca son una pareja sólida y madura y, por eso, acostumbran a tomarse una parte de las vacaciones por separado y reservar otros momentos para expresar su amor. Sus escapadas suelen coincidir con los huecos que puedan aprovechar entre torneo y torneo o en fechas en las que improvisan una escapada romántica. Con todo, el tenista también está disfrutando de la noche ibicenca durante sus vacaciones. Según «El diario de Ibiza», Nadal acudió a cenar el lunes por la noche a un restaurante de Marina Ibiza, donde coincidió con el futbolista Fernando Llorente. Con una sencilla camiseta negra y un pantalón blanco, se le pudo ver muy sonriente rodeado de amigos. Ya en la madrugada, acudió a «Pachachá», una mítica sala de la isla.
Sólo es una fan
La chica de la imagen, que sonríe junto a Rafa Nadal, podría parecer su novia, pero en realidad es una fan. Y es que la discreción es una de las cualidades que mejor definen a Xisca Perelló. Aunque la novia del tenista no lo haya acompañado en esta última escapada ibicenca, es una incondicional espectadora de los torneos en los que participa Nadal y no sólo se ha convertido en la seguidora número uno del tenista, sino que también es el mejor amuleto que el manacorí tiene a pie de pista. Xisca está licenciada en Administración y Dirección y sale con Nadal desde hace más de dos años. Tienen fama de ser muy cariñosos como lo demostraron en la intimidad de la escapada que hicieron a Isla Mauricio.
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