Galicia

Sin cinturón de atrás

La Razón
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El pueblo le venía presionando y, Rajoy, por fin, ha anunciado y ha propuesto: anuncia que se va de vacaciones a Galicia y propone que los que puedan disfruten. Algo es algo. La oportunísima «videoproclama» –un «señores me abro» en el verano en el que Zapatero camufla sus descansos– se realza con el don natural, sin asomo de sus años en el Actor's Studio, de Mariano, cuyo variado registro incluye a Jack La Motta encima del ring o a este innovador M.R.B., trasunto de J.F.K. si J.F.K. fuera «un-señor-previsible-que-pasa-agosto-en-Pontevedra». El balance de esta pirueta sobrante es Rajoy mirando a los ojos de los españoles a través de su videoblog, sentado en el asiento trasero de un auto y los españoles percatándose de que el candidato viaja sin cinturón de seguridad. No por otras de sus famas, sino por este olvido, la jauría pretende liquidarlo como dirigente. Tal es la comodidad de la prisión de los asesores de imagen. Han ido sellando cualquier escotillón por el que pudiera llegar al pueblo un ramalazo, imperfectamente humano, de nuestra robótica dirigencia. Proyectan que duermen dentro de una campana de metacrilato, no se les ha visto escupir, ni toser, ni esputar; sólo rematan las comidas con un carajillo cuando almuerzan a oscuras y, su efigie se resquebraja si alguien, por descuido, los retrata sin cinturón de atrás.