Barcelona
Mar Saura: «Para qué quiero yo un cuerpo sin alma»
Profesión: presentadora y actriz.Nació: en 1975, en Barcelona.Por qué está aquí: es un diablo (Alexia) en la serie de Tele 5«Ángel o demonio».
–¿En la vida real es ángel o demonio?
–Soy ángel, sin duda. Desde que trabajo en el lado oscuro no quiero saber nada de maldades en la vida real.
–En la serie es Alexia, un demonio cruel, violento y soberbio...
–Y nada de eso soy yo, por eso es más divertido hacer de mala que de buena, porque interpretas en la ficción lo que nunca harías en la vida.
–Es un demonio que antes fue ángel. ¿Es más fácil pasar de bueno a malo que de malo a bueno?
–No lo sé. Deslizarse hacia el mal es una tentación muy fuerte, pero también puede uno cansarse de ser malo. La maldad debe de ser agotadora.
–¿Cree que hay ángeles y demonios?
–Como los de la serie, no. Pero creo en el lado oscuro de las personas.
–Entre los hombres que ha conocido, ¿hay más ángeles que demonios o...?
–Más ángeles. Pero no creo que un sexo esté más inclinado al mal que otro. Hay ángeles y demonios en los dos sexos. Veo un empate.
–Dicen que las chicas de hoy los prefieren un poco canallas...
–Es que el demonio es muy atractivo. Con él no hay reglas. Es más divertido no saber a dónde vas. Más divertido y peligroso.
–Si se demostrara la existencia del infierno, ¿cambiaría mucho su vida?
–No. No vivo ni quiero vivir pensando en premios y castigos.
–Ha estado últimamente en México grabando la serie «Capadocia» para una cadena americana...
–Sí, y hago de una secuestradora que acaba en una cárcel mexicana infernal.
–Qué racha lleva: de secuestradora a demonio...
–Sí, me dan papeles de mala, con la pinta de ángel que tengo, ja, ja, ja. La verdad es que los prefiero: son más complejos, tienen más matices. La maldad es más fantasiosa, no conoce reglas.
–Decía Berlanga que a las mujeres no les gusta hacer el amor, sino ir de compras...
–Es una boutade divertida de Berlanga. Yo me quedo con el amor. Me aburre ir de compras, me da dolor de cabeza. Me voy a apuntar a la compra on-line.
–¿Vendería su alma al diablo a cambio de conservarse como ahora toda la vida?
–Ni hablar. ¿Para qué quiero un cuerpo sin alma?
–Le gustan las velas. ¿Pone una a Dios y otra al diablo?
–No. Las pongo para relajarme, me dan paz. Tengo muchas en casa.
–Así nunca se podrá quedar a dos velas...
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