Lorca

Último acto de servicio de ZP

La Razón
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El pasado 11 de mayo hubo varios terremotos y no sólo en Lorca. Ese día, España estuvo a punto de ser intervenida como Grecia, Portugal o Irlanda y nuestros bonos eran, como dicen los asesores americanos, poco menos que basura. Nos salvamos por los pelos y nuestra prima dejó desde entonces de estar por debajo de los 300 puntos, ayer mismo, a 368, es decir, a sesenta puntos de que se activen los mecanismos de intervención. Colocar deuda en esas condiciones es, además de casi un suicidio, la forma más dura de rentabilizarla, pues los costes de colocación y los intereses se comen buena parte de los beneficios que pudieran generar. El consejero de Economía y Hacienda, Salvador Marín, lo admitió ayer aun con la boca pequeña: El equilibrio entre ingresos y gastos va a ser largo y, además, no hay un plan preclaro para colocar la deuda autorizada y poder pagar a proveedores y clientes. Ayer mismo también conocíamos las pérdidas generales de nuestro sistema bancario y de las cajas, al tiempo que un medio de comunicación afín al Gobierno pedía a Zapatero que se fuese a casa como último acto de servicio a España. La respuesta no se hizo esperar: El Gobierno agotará la legislatura. Ahora le toca a Rubalcaba poner orden en el barco amotinado sino quiere que se hunda España.