Barcelona
En bolas
Nos encontramos de pleno en ese modelo de sociedad que, años atrás, sólo algunos guionistas de cine visionarios eran capaces de augurar. Satélites que fotografían hasta hormigas, cámaras en cada esquina, y nuestro rastro siempre al descubierto gracias al correo electrónico, tarjetas de crédito, GPS, teléfono móvil, etc. Paradójicamente, es en nombre de la libertad, que cada vez más libertades nos son recortadas.
Y ahora en España parece que al fin empezarán a implantarse esos «discretos» escáneres corporales en los aeropuertos, empezando por El Prat de Barcelona. Dicen que al principio, esos controles serán opcionales. Y yo me temo que sí, que sólo será al principio. Después no habrá complejos que valgan.
No está confirmado que esta tecnología no implique riesgo alguno para quienes son escaneados con su radiación. Según científicos de la Universidad de Columbia (NY), una alta frecuencia de exposición a estos escáneres podría resultar peligrosa.
Algunos pensarán que son necesarios ciertos sacrificios para evitar males mayores, aunque se vulneren algunos derechos. Sin embargo, a mí me gusta mucho más lo que pensaba un tal Benjamin Franklin, que decía que «quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad temporal, no son merecedores ni de la libertad, ni de la seguridad».
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