Harry Potter una despedida que tiene truco

Será extraño encontrarse a partir de ahora con Radcliffe y no preguntarle por Harry Potter. Pero, al fin y al cabo, la vida sigue. Una vida que, en su caso, se ha desarrollado en los sets de rodaje acompañado siempre por una varita mágica y unas gafas redondas que ahora guarda en casa a modo de recuerdo. Después de 10 años, la saga del niño mago más famoso de todos los tiempos toca a su fin. «Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 1» es la primera entrega del último de los libros de la británica J.K. Rowling. Habrá que esperar al verano para ver la segunda entrega, pero hablando con sus protagonistas en Londres ya se sentía el clima de nostalgia al decir adiós a sus personajes. Los actores eran tan sólo unos niños cuando entraron por primera vez en el Colegio Hogwarts. Hoy son jovencitos millonarios con montones de ofertas de trabajo sobre la mesa que se enfrentan al mundo real sin ayuda de pociones mágicas que orienten sus caminos.

La combinación de tristeza y alivio se reflejaba en sus caras: «Amo todo lo relacionado con este mundo. Llegamos a crear una auténtica familia, pero creo que diez años son suficientes para estar ligado a un personaje», cuenta Radcliffe. Asegura que se siente contento al ser al fin «libre» para poder aceptar otros proyectos: «El dinero sinceramente me permite seleccionar mucho. Trabajo sólo en lo que me gusta y sé que eso es un privilegio, pero no creo que esté encasillado». De momento, ya prepara su vuelta a los escenarios con la obra «How to Succeed in Business Without Really Trying», un musical que se estrenará en Broadway en primavera, y será además el protagonista de la cinta independiente «Woman in Black». Al referirse al mundo mágico, Radcliffe recalca que estas dos últimas películas han sido, sin duda, «las más duras»: «Antes siempre tenías la relativa tranquilidad de que jugabas con otra oportunidad, pero ahora era la definitiva. Fue una locura. Todos sentíamos la presión de dar lo mejor de nosotros».

Más vulnerables que nunca
En esta entrega, por primera vez, Harry, Ron (Rupert Grint) y Hermione (Emma Watson) se enfrentan a las calles de Londres sin contar con la protección que tenían en Hogwarts. Son más vulnerables que nunca y se encuentran en constante peligro de muerte bajo la amenaza de los Horrocruxes que encierran el alma del malvado Voldemort. A través de un formato de «road-movie», los jóvenes alcanzan la madurez y descubren sentimientos ocultos de venganza, traición y pasión.

La decisión de dividir el último libro en dos filmes siempre contó con sus defensores y detractores. Son muchos los que consideran que esta película es demasiado lenta y lo único que se ha querido es estirar al máximo el «negocio Potter», pero el director de la misma, David Yates, defiende que era «necesario para entender la evolución de los personajes». El también responsable de las dos últimas entregas, asegura que la segunda parte –en 3D– resulta completamente distinta: «Es todo acción, hay mucha batalla y va a sorprender. Pero primero había que mostrar este viaje entre los tres protagonistas», enfatiza. Como hemos dicho, por primera vez, Harry y Hermione se quedan completamente solos y le ofrecen al público el esperado beso con el que siempre habían fantaseado millones de fans, aunque éste sólo tiene lugar durante una pesadilla de Ron, cuando se encuentra bajo un hechizo.

«Pensé que iba a ser un momento sensual y suave, pero resultó ser una escena muy vigorosa», comenta Radcliffe. Según el actor, fue su compañera la que tomó la iniciativa cuando el director les pidió que tenía que ser algo mucho más fogoso. «Lógicamente, no puse impedimento, muchos hombres darían un brazo por estar en mi lugar», bromeó. Y es que la joven Watson se ha convertido en una de las mujeres más deseadas del planeta y también en una de las más ricas. El año pasado, cuando se embolsó 30 millones dólares, se convirtió en la actriz mejor pagada del mundo. La intérprete asegura que siempre actuó como si el dinero que ganaba no existiera. Sólo cuando cumplió los 18 años, su padre le comunicó la fortuna que tenía amasada.

Triste pero liberador
Watson habla con especial cariño de su personaje: «Ha sido como una mejor amiga, hemos crecido juntas y no quiero que se olviden de ella. Ahora es un momento triste, pero también liberador». A partir de ahora, compaginará nuevos proyectos en el cine y la moda con sus estudios. A pesar de que fue admitida en Cambridge, decidió irse a EE UU a la universidad de Brown. «Los estudios son mi prioridad. Soy adicta a aprender. Nunca es suficiente para mí».

Al igual que sus compañeros, lloró el último día de rodaje. Todos celebraron una gran barbacoa y Rupert Grint llevó su camión de helados: «Siempre quise tener uno cuando era niño», confiesa. El pelirrojo de la saga asegura que necesitaba de alguna manera recobrar su vida y ahora se siente preparado para afrontar nuevos proyectos.

Aparte de los protagonistas, son muchas caras conocidas las que completan el reparto: Helena Bonham Carter, Ralph Fiennes, Rhys Ifans y Alan Rickman son algunos de los afortunados. Los rumores dicen que la mayor parte de los actores británicos intentan lo que sea por aparecer junto al niño mago. Y es que Potter, además de en la literatura infantil, ha supuesto también un antes y un después en el cine. La anterior entrega, «Harry Potter y el príncipe mestizo», recaudó 934 millones de dólares. Esta nueva cinta aspira a ser la más taquillera de 2010. De momento, en EE UU ya se ha convertido en la película que más entradas por venta anticipada ha vendido en lo que va de año.


Elemental, querida Watson
Quizá es en el físico donde Watson más nota el paso del tiempo. Poco queda ya de aquella niña de pelo alborotado. Luce ahora un corte de pelo a lo «garçon» que ha vuelto locas a las portadas de la revistas de moda más prestigiosas: «Necesitaba un cambio. Por contrato, no podía tomar el sol, cortarme el pelo, hacerme tatuajes o piercing... Así que ahora ha llegado mi momento», dice este referente estético para millones de jovencitas de todo el mundo.