El coche de lujo le costó la vida

MADRID- Es evidente que uno no se plantea que le puedan robar el coche cuando se lo compra. Ni siquiera cuando es uno de alta gama, aunque es obvio que hay más probabilidades que si se trata de un vehículo cualquiera. Lo que seguro que no pasó por la mente de Raquel y de su marido el día que estrenaron el Porsche Cayenne verde oscuro fue que el lujo les iba a costar la vida. Pero era muy fácil caer en la trampa que los ladrones y a la postre homicidas de Raquel le tendieron. No les hizo falta esperar agazapados en algún lugar y forzar la puerta aprovechando que el propietario ande lejos: un simple choque por detrás fue suficiente para dejar en bandeja un coche de más de 70.000 euros. Lo justo para que la indefensa dueña del goloso todoterreno se baje. Lo demás, era relativamente fácil para gente sin ecrúpulos.

Raquel Miguelez Cartón, coordinadora de Iberia en el aeropuerto de Barajas desde hacía unos 20 años, pensaría simplemente que aquella mañana llegaría tarde a trabajar y perdería el autobús que sale cerca del párking de trabajadores para llevarles hasta las pistas. Un engorro. Pero ojalá sólo hubiera sido eso. Eran sobre las 7:20 horas de la mañana y la mujer, casada y de 40 años de edad, se bajó de mala gana para rellenar los papeles del parte. Eran dos hombres en un Seat León quienes le dieron por detrás. Pero aquello pintaba raro. Sólo las cámaras de seguridad del aeropuerto que graba lo que ocurre en la rotonda y muchos taxistas (la rotonda donde se produjo el falso accidente estaba muy cerca de la flota de la terminal 4) saben qué pasó. Las imágenes están bajo custodia judicial tras ser visionadas por la Policía y, por el momento, se desconoce cómo se produjo el crimen. Según algunos testigos presenciales, Raquel se bajó del coche con las llaves en la mano y uno de sus agresores se las arrebató. Ella se resistió al robo y se aferró fuerte a la ventanilla del vehículo, según algunos testigos, pero uno de los delincuentes ya se había montado en el Porsche y emprendió la huida, arrollando a Raquel a su paso.Puede que no quisieran matar a Raquel, simplemente querían su coche, pero acabaron matándola.
 
Sergio García, uno de los taxistas que sobre las 7:30 horas circulaba por la rotonda que da acceso a la bolsa de taxis de la T4 de Barajas asegguró ayer que vio a una mujer y a un hombre con gorra cumplimentar los papeles del seguro tras un alcance entre un Cayenne y un Seat León. García explicó que, unos minutos después, escuchó a la mujer gritar «socorro, socorro» y varios compañeros fueron corriendo. Pero lo único que ya se encontraron fue a Raquel en el suelo y a los coches implicados en el falso accidente huyendo. También afirmó que otro taxista vio cómo los hombres forcejeaban con una mujer antes de arrollarla. García fue quien se encargó de recoger los documentos que Raquel estaba cumplimentando y se los entregó a la Policía. Cuando los efectivos del Samur llegaron al lugar del suceso se encontraron a la víctima en parada cardiorrespiratoria y, tras realizarle varias maniobras, no pudieron hacer nada por salvar su vida. Raquel sufría un fuerte golpe en la nariz, otro en la parte posterior de la cabeza y fracturas en las costillas, según una portavoz de Emergencias Madrid.

Tras el levantamiento del cadáver, que se produjo unas tres horas después de su muerte, el cuerpo de la víctima fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autópsia. En esta ocasión será determinante el informe del médico forense para concretar si Raquel fue golpeada antes de ser atropellada por su propio coche o los golpes que presentaba en la cara y en la cabeza fueron provocados por el golpe contra el suelo al ser arrollada. Los psicólogos del Samur tuvieron que atender al padre, al hermano y al marido de Raquel, que acudieron al lugar de los hechos. La única «buena» noticia del día se la dio a última hora de la tarde de ayer la delegada del Gobierno en Madrid, que confirmó la detención de uno de los homicidas y la recuperación del Porsche en Madrid.