Audiencia Nacional

Los cabecillas de Gürtel no quieren que se contrasten sus voces con las de las cintas

El fiscal temía que alguno de los imputados no se presentara

Los cabecillas de Gürtel no quieren que se contrasten sus voces con las de las cintas
Los cabecillas de Gürtel no quieren que se contrasten sus voces con las de las cintaslarazon

VALENCIA- Los cuatro cabecillas de la denominada trama Gürtel estaban citados ayer en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ) para que se les practicara una prueba pericial de voz que pudiera certificar si las que aparecen en las cintas de la investigación se corresponden con las de los cuatro imputados.

Francisco Correa, Pablo Crespo, Álvaro Pérez y Cándido Herrero están imputados en la causa que investiga la supuesta financiación irregular del PP en la Comunitat Valenciana y un presunto delito de prevaricación de la Generalitat en la contratación de servicios de Orange Market.

Ninguno se prestó a realizar la pericial acogiéndose a su derecho de no practicar pruebas que les puedan perjudicar, derecho similar al que asiste a cualquier imputado que no está obligado a declarar contra él mismo.

El primero en llegar fue Álvaro Pérez, más conocido como el «Bigotes», que acudió acompañado por su abogada al filo de las nueve y media de la mañana. Previamente había solicitado a la Sala que le dejara personarse antes, ya que, al parecer, su abogada tenía otro juicio a las once, hora en la que estaba citado inicialmente.

Apenas estuvo diez minutos en la sede judicial, y salió igual que había entrado. «No les voy a hacer declaraciones, como siempre, así que no montemos el circo».

Un cuarto de hora antes había llegado al TSJ el fiscal anticorrupción, Jesús Carrasco, quien, aunque en un principio no estaba prevista sus asistencia, prefirió estar presente «porque puede haber alguna incidencia». Inquerido sobre el origen de la misma, Carrasco señaló que alguno podría no presentarse «o algo así».

Los temores del fiscal no eran infundados ya que, según señalaron fuentes judiciales, los cuatro imputados había presentado escritos en los que rechazaban practicar la pruebas, aunque la Sala había estimado que en cualquier caso debían presentarse ante el Tribunal y acogerse a su derecho «a no declarar».

Unos minutos antes de la once aparecieron por la acera del Palacio de Justicia, Francisco Correa, a quien acompañaba su abogado, y Pablo Crespo.

Cándido Herrero, vestido de modo muy informal, pasó desapercibido de los informadores a su entrada, no así a su salida.

Los tres imputados estuvieron poco tiempo en la sede judicial, algo más que el «Bigotes», porque eran tres, pero en apenas media hora volvían a aparecer por al escalera del TSJ.
Ninguno quiso hacer declaraciones, aunque tanto Pablo Crespo como el abogado de Francisco Correa dijeron, escuetamente, que no se habían sometido a la prueba.
Cándido Herrero abandonó apresuradamente el TSJ visiblemente contrariado y no dijo esta boca es mía.

Ahora será la Sala la que deberá decidir oyendo las cintas y escuchando las voces de los imputados, si las unas se corresponden con las otras.

Nunca tendrán el rigor científico de una prueba pericial pero tendrán prácticamente la misma validez.

Con la citación de ayer se acaban las de septiembre, mes en el que el TSJ ha retomado el caso con la citación de testigos.