Barcelona

Damián Castaño: La novillada de Otoño no sirvió pero yo tampoco estuve al nivel

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Las Ventas acoge hoy el segundo festejo de su temporada con una atractiva novillada en cartel, donde el galo Patrick Oliver, el madrileño Cristian Escribano y Damián Castaño se las verán con utreros de sangre "raboso"de Aldeanueva, propiedad de los hermanos Sánchez Herrero. Precisamente, el novillero que cierra la terna, vivirá un día aún más especial si cabe, pues mantiene una profunda amistad con los ganaderos de la vacada, fruto del origen charro de ambos.

"Somos amigos íntimos desde hace muchísimo tiempo, mi familia y la suya se conocen de siempre y yo desde pequeño he ido bastante a tentar a su finca", explica Castaño "ilusionado"por conseguir ese triunfo que tanta falta le hace siempre a un novillero con los toros que tan de cerca conoce en los toriles de la primera plaza del mundo.

"Tengo mucha fe en el encierro, me encanta la ganadería y me ha dado mucha suerte, el año pasado maté reses suyas en Pedrajas de San Esteban y corté tres orejas", añade.

El hermano del también matador de toros Javier Castaño está seguro de que el origen Aldeanueva de los animales que saltarán al ruedo esta tarde "sorprenderá mucho al público de Madrid". "Por desgracia, últimamente no se ven mucho en Las Ventas y seguro que la gente tiene muchas ganas de volver a disfrutar con ellos", asegura "sin temor"a que los aficionados más toristas se decanten por los bureles en lugar de por la labor de los actuantes: "Madrid es la afición más entendida que hay y sabe siempre reconocer el esfuerzo si estás al nivel que debes".

En este sentido, Damián Castaño regresa al coso venteño después de su actuación en la Feria de Otoño, donde los matadores se toparon con el mal juego del ganado, razón por la que hoy quiere desquitarse. "Me quiero sacar la espinita de ese día, es verdad que la novillada no valió nada, pero yo tampoco estuve al nivel que exigía esa tarde, por eso ahora quiero que vean que he aprovechado el año y que sigo mejorando", anuncia después de un invierno lleno "de toreo de salón y tentaderos".

Previamente, el novillero castellano actuó en dos ocasiones con motivo del ciclo veraniego de nocturnas en el que, pese a pagarlo con sangre, dejó un grato sabor de boca. Ésa será su línea para hoy. Entonces, logró "el objetivo de no salir andando, aunque fuera por la puerta de la enfermería".

"Se habló de mí y se vio que tengo personalidad, pude cortar una oreja cada día, pero no estuvo fino con los aceros", recuerda Castaño, que aspira meses después a "estar en novillero, con ganas, que es el mínimo que se debe pedir en este escalafón, pero con la mente lúcida, despejado".

Y es que de su actuación hoy, dependerá buena parte de su futuro en 2011, incluida una posible alternativa "a final de temporada". "La recibiré si he cogido la fuerza suficiente para dar el paso, por eso tengo que tomar vuelo durante los primeros meses de temporada", que incluirán también actuaciones en Zaragoza y Barcelona, junto a otro paseíllo más cerrado en La Maestranza, ya en septiembre.

"Tengo ya garantizada una docena de novilladas, pisando sitios de peso, es un reto importante y si sale bien debo salir catapultado, pero, también se puede volver en mi contra si no rindo en consonancia. Después del Carnaval en Ciudad Rodrigo, ésta es mi primera corrida del año y soy consciente de que puede abrir bastantes puertas, desde San Isidro a otras ferias como Pamplona o Santander..., así que toca arrear con fuerza", concluye Castaño.